Una sentencia del pasado mes de diciembre de 2017 del Tribunal de Apelación de París obligó a la Miviludes a retirar la información contenida en su guía «Salud y Derivas Sectarias» publicada el pasado abril de 2012 en donde se hacía referencia a la «fasciaterapia» y se alertaba de posibles derivas sectarias entre sus practicantes. Y más recientemente, el pasado 20 de abril, el Tribunal Administrativo de París sentenció que la Miviludes debía retirar igualmente sus referencias a la «medicina antroposófica», si bien la propia Miviludes ha indicado que está estudiando recurrir tal decisión.
En relación a la primera de estas sentencias, la referida a la fasciaterapia -de la que ya hablamos en otra entrada-, la acción judicial que ha dado lugar a esta resolución fue impulsada por la antigua Asociación Nacional de Kinesioterapeutas y Fasciaterapeutas (ANKF, actualmente conocida como Fascia France) y la Sociedad Punto de Apoyo, quienes argumentaron que la inclusión en esa publicación estaba perjudicando su imagen.
La misma Anouk Serre, presidenta de la asociación Fascia France, ha explicado en una reciente entrevista cómo arrancó el proceso judicial en contra de la Miviludes que se ha alargado durante cinco años. En sus palabras, «en Francia, como en ningún otro lugar, la aromaterapia, la hipnosis, la meditación o incluso los masajes pueden ser algunas de las prácticas más probables de deriva sectaria…Y los profesionales de la salud, -incluso si están debidamente habilitados para tales prácticas alternativas-, corren el riesgo de sufrir presión judicial y administrativa».
Para los defensores de la Fasciaterapia, esta técnica habría sido estigmatizada en la guía de la Miviludes «y tampoco nunca fueron capaces de ofrecer ninguna evidencia sobre la deriva sectaria de la fasciaterapia», según indicaba en esta misma entrevista la Sra. Serre. De hecho, aclaró que la Miviludes alertaba de la posible deriva de la fasciaterapia al ser ofrecida como formación a profesionales no sanitarios, hecho que ya conocían «al tener noticia de personas que practicaban la fasciaterapia sin tener formación sanitaria previa». Añadió que ellos ofrecían sus cursos con el requisito de tener formación en el ámbito sanitario y en el contexto de una formación profesional continuada de los kinesioterapeutas. Paralelamente, la fasciaterapia era reconocida como una formación continua para los kinesioterapeutas y la Sociedad Punto de Apoyo ofrecían formación emarcada en el Sindicato de Organismos de Formación Continuada en Kinesioterapia que tiene certificación de calidad de SOFAC (Unión de Organizaciones de Capacitación para Fisioterapeutas).
El argumento central de la presidenta de la asociación de fasciaterapia es que esta técnica tendría una aproximación holística, centrada sobre la persona, dirigiéndose a las potencialidades de la persona, a la capacidad de autorregulación del propio organismo y a la influencia entre el cuerpo y el espíritu, «y esto parece que es susceptible por naturaleza de interesar a la Miviludes, este acercamiento humanista que se apoya en evaluaciones científicas de campos de las ciencias humanas y sociales… y no en el modelo biomédico, que es al parecer el único científicamente válido para la Miviludes».
En cuanto a la segunda de las sentencias, la referida a la medicina antroposófica, el Tribunal Administrativo de París ha ordenado al Primer Ministro que retire en el plazo de tres meses también de la guía «Salud y Derivas Sectarias» las referencias a la «medicina antroposófica», al mismo tiempo que ha condenado a la misma Miviludes a pagar 2.000€ en concepto de daño moral a la asociación solicitante, el Consejo Nacional Profesional de Médicos con una Especialidad Particular – Sección Medicina Antroposófica (CEP MEP SMA), la principal organización de médicos antroposóficos de Francia.
La situación ya se arrastraba desde el pasado 8 de octubre de 2015, cuando el Tribunal obligó a comunicar a la Miviludes los documentos que se utilizaron para incluir a la medicina antroposófica en la guía publicada de derivas sectarias en la salud.
En un comunicado de prensa, el presidente de un colectivo médico-antropósofo, el Sr. Robert Kempenich, aplaudió la decisión, incidiendo en cuestionar «las razones que llevaron a las autoridades a desacreditar esta terapéutica actual … bien establecida en Francia, existente en 22 países europeos y 38 en el mundo…practicada exclusivamente por médicos». De hecho, en Alemania, Austria e Italia está integrada en el sistema de salud; en Suiza, forma parte de los medicamentos complementarios, cuya inscripción en la Constitución fue votada por un 67% de los votantes; y en el Reino Unido y Dinamarca, están estrechamente asociados con la educación universitaria.
Por su parte, La Miviludes remarca que «las promesas y las recetas para la curación, el bienestar y el desarrollo personal son centrales en las prácticas de riesgo sectarias»; eso mismo ha vuelto a remarcar en su último informe publicado hace escasas semanas. La Miviludes ha recordado que la guía tenía como objetivo «identificar situaciones de riesgo…en ciertas prácticas de ayuda no probadas … que pueden llevar a los pacientes a cierta adherencia que los puede desviar de tratamientos efectivos, lo que es una pérdida de posibilidades terapéuticas».
Sin embargo, para el Tribunal, la Misión Interministerial no habría podido demostrar que la medicina antroposófica pudiera cumplir los criterios de riesgo citados en la guía, tales como «la desestabilización mental», «la naturaleza exorbitante de los requisitos financieros» o «la gravedad del problema».
Finalmente, el Tribunal Administrativo de París concluyó que «la falta de reconocimiento o evaluación oficial de una práctica terapéutica no implica, en sí mismo, un riesgo de deriva sectaria y la medicina antroposófica no cumplió con ninguno de los criterios de riesgo establecidos por la Miviludes».