El Tribunal Penal de Bruselas ha condenado finalmente a Robert Spatz, líder de la comunidad budista Ogyen Kunsang Chöling (OKC) a 4 años de prisión (sin ingreso en la cárcel). Los delitos en cuestión por los que ha sido juzgado fueron la falsificación, la evasión de impuestos, el fraude, la extorsión, el lavado de dinero, la malversación de fondos, el incumplimiento de las leyes laborales, la suplantación de identidad, la toma de rehenes, la asociación de malhechores y la organización criminal, así como delitos por violación sexual.
En total, el Tribunal condena a la OKC y Robert Spatz a la confiscación de más de 4 millones y medio de euros. Asimismo, la decisión judicial también contempla una indemnización para unas treinta personas que se presentaron como parte civil en el juicio; en su mayoría, niños que fueron criados en la comunidad entre 1980 – 2000, lejos de sus padres y en condiciones higiénicas paupérrimas, en los monasterios propiedad de la OKC tanto de Francia como de Portugal.
De hecho, fue un comunicado de prensa de un grupo de niños nacidos en la comunidad de Ogyen Kunzang Chöling publicado en Le Soir el pasado 16 de diciembre de 2015 el que convenció a diversos exadeptos a declarar. Entre los nuevos demandantes, tres de ellos denunciaban delitos de abuso sexual cometidos cuando eran menores de edad. Dos exmiembros también dieron su testimonio acerca de las experiencias sexuales con adultos con «el Lama» Robert Spatz. Estos nuevos testimonios se añadían así a otras seis denuncias que se habían presentado ya desde 1997, así como a los resultados de los allanamientos de diversas propiedades vinculadas a la OKC en diferentes puntos de Europa.
La cuestión de las prácticas sexuales en el Budismo y las diferencias entre el Budismo y lo que promueve la OKC, centraron también la atención durante el juicio que se celebró esta semana. Carlo Luyckx, Presidente de la Unión Budista Belga (UBB), explicó que ciertas prácticas sexuales pueden existir en el Budismo, «pero que son atípicas y están reservadas para las personas que han llegado muy alto en el proceso de iluminación». Lo que contrasta con la abundancia de prácticas sexuales realizadas con adolescentes dentro de la comunidad de OKC. Igualmente, se refirió al Dorje (Vajra) y al hecho de que la bendición de los chakras con este instrumento sagrado no justifica ni la desnudez, ni el aislamiento y está carente por completo de connotaciones sexuales. Añadió que la OKC no se había presentado para formar parte de la Unión Budista Belga, aunque conocían que la comunidad había invitado a numerosos lamas. Además, indicó que el linaje de Dudjom Rinpoche y Kangyur -en el que se incluía Spatz y la OKC-, es un linaje respetado y antiguo y que para alcanzar el nivel de Lama se requiere de un período mínimo de unos 3 años de retiro.
Los antiguos miembros de la OKC cuestionan ahora la legitimidad del autoproclamado «Lama» Robert Spatz, «ya que viola el Budismo cuando habla de un final inminente, de un diluvio de fuego, o cuando desacredita el mundo exterior o las relaciones entre los padres y los hijos. Enseña conceptos reinventados. Además, los discípulos debíamos obedecerle incondicionalmente, mientras que en la tradición budista, la elección de un guía espiritual se basa en cualidades humanas y es algo que sucede con el tiempo. También introducía nuevos conceptos: Karma-yoga (la ofrenda del propio trabajo a su Lama, mientras que se exige una vida sencilla por parte de los discípulos) o el Yoga-Vajra (es decir, la práctica de artes marciales para alcanzar la iluminación, lo que contrasta con la tan valorada no-violencia en el Budismo)».