Catherine Tissier, la mujer de 40 años que denunció haber sido forzada a limpiar, fregar y servir un promedio de 15 horas diarias sin días de vacaciones y con una remuneración «casi nula», perdió su demanda la pasada semana. Un juzgado francés ha concluído que no existe evidencia que la mujer hubiera trabajado todo el tiempo sin remuneración suficiente.
La demandante trabajó durante 13 años para la Escuela de Hostelería Donson y el Centro Internacional de Encuentro de Couvrelles (situado al norte de Francia) como numeraria auxiliar, que es un nivel de adscripción dentro del Opus Dei. En tanto que numeraria auxiliar, hizo votos de obediencia, pobreza y castidad, a la vez que tuvo que cortar sus relaciones con el mundo externo al Opus, trabajando para la Obra sin interrupción hasta los 30 años de edad.
La demandante denunciaba en su escrito a Claire de Segonzac (directora de la Escuela de Hostelería Dosnon), Agnès Duhail (fundadora de Acut, Centro Internacional de Encuentro de Couvrelles) y la responsabilidad moral de Acut (asociación cultural universitaria y técnica).
Los abogados de la defensa alegaron que este juicio es el primero de esta clase en Europa, aunque lo redujeron a una cuestión de derecho laboral, mientras que la acusación sostuvo además que concurrían posibles delitos derivados de ciertas prácticas que habrían dañado física y psíquicamente a la Sra. Tissier.
El juez concluyó que los supuestos delitos de «trabajos forzados […] no se han demostrado», en tanto que se presentaron registros de pagos regulares a la denunciante. Por su parte, la Sra. Tissier añadió que firmó en numerosas ocasiones cheques en blanco sin recibir salario alguno.
Portavoces del Opus Dei han declarado sentirse vindicados, «dado que a partir de una denuncia civil se pretendió ofrecer una imagen caricaturesca de nuestra institución».