La fundadora de la Orden Fiat Lux (Que se Haga la Luz), la señora Erika Bertschinger-Eicke -conocida como Uriella entre sus adeptos-, falleció hace unos días a la edad de 90 años, según comunicó el portavoz de su comunidad central situada en el Bosque Negro (Alemania).
Bertschinger-Eicke, una antigua secretaria reconvertida a sanadora espiritual, fundó el grupo Fiat Lux como una Orden no denominacional en 1980. Uriella, que fue esposa de un antiguo sacerdote católico -del que se separaría para casarse con otros cuatro hombres posteriormente-, se presentó siempre como la portavoz de Dios mismo, así como también de la Virgen María. Según ella misma, tenía habilidades de vidente desde un accidente de equitación, a la vez que podía mantener la comunicación directa con la divinidad a través del trance mediúmnico. La cosmología predicada por Uriella se basa en que Cristo fue una emanación de Dios nacido de María cuando fue penetrada por los rayos cósmicos que acompañaron la anunciación de San Gabriel.
La secta llegó a despertar gran atención , entre otras cosas, por sus reglas de vida muy estrictas en los años ochenta y noventa, pero también por la llamativa forma de vestir de sus miembros con ropa brillante. El modo de vida que predica el grupo se fundamenta en una suerte de imitación de la vida de los Esenios, aunque adaptada a la puesta en escena teatralizada de Uriella. Entre sus prácticas regulares, encontramos la prohibición de leer prensa o mirar la televisión, así como por su ascetismo sexual o la exigencia de unas dietas basadas en alimentos crudos o el vegetarianismo, sin contar claro está que cualquier dolencia o malestar tan sólo podrá ser completamente sanada por Fiat Lux. E Internet, tampoco es permitido, en tanto que entienden que la www es sinónimo de Satanás, a la vez que indican que los ordenadores emiten rayos potencialmente dañinos.
Los devotos de Fiat Lux están convencidos de tener la capacidad de transmitir rayos atrum -supuestos rayos de luz sanadores- o directamente energía cósmica que vehiculizan a través de la imposición de manos para la sanación de múltiples enfermedades. Además, los miembros del grupo se encargan de producir y vender agua bendecida por los rayos atrum, un agua que después de diversos análisis químicos se ha viso que no es potable, pese a lo cual se emplea tanto para la producción de lociones como para que los propios adeptos la beban para sanarse. De hecho, la misma Uriella aseguraba tener también la capacidad de sanar a distancia (p.ej., a través de las fotografías de los pacientes). La Orden Fiat Lux también se ha dedicado a desarrollar la farmacia de Dios, comercializando ciertos medicamentos, desde pequeñas botellitas bendecidas con los rayos atrum hasta productos para el SIDA (como el tantalus).
Pero también el grupo de liderado por la profeta Uriella, se vio envuelto en algunos problemas legales. Particularmente, a finales de los ochenta por fraude fiscal y fraudes aduaneros. En 1996, fue procesada por el cargo de homicidio negligente después de que dos de sus seguidores murieran, aunque quedaría absuelta por falta de pruebas y la cantidad de declaraciones positivas de sus seguidores. Por aquél entonces, una de las seguidoras se lesionó en el jardín y quedó afectada por un envenenamiento en sangre; en lugar de recomendar una visita al médico y antibióticos, Uriella trató a la mujer con una luz supuestamente curativa por teléfono y le recomendó que se medicara con angélica y caléndulas. En otro caso, en 1998, Uriella fue condenada a un año y diez meses de prisión por cargos de evasión de impuestos estimados en millones, por haber comercializado sus productos sanadores (no autorizados en Alemania) para venderlos en otros lugares sin pagar impuestos.
Alrededor del cambio de milenio, Uriella fue una de los muchos profetas del fin del mundo que causaron bastante revuelo. En su momento, la gurú anunció un fallo informático seguido de un caos global. Como consecuencia, la economía mundial colapsaría y estallaría después del asesinato de un importante jefe de estado en ciernes de una Tercera Guerra Mundial. Tan sólo los devotos que vivieran de acuerdo a las directrices de Fiat Lux serían salvados por enormes platillos voladores, formando parte de un nuevo mundo paradisíaco (Amora). Para prepararse para tal fin, los miembros de la comunidad de Fiat Lux de la Selva negra hicieron acopio de alimentos y otros enseres necesarios para un eventual fin de los tiempos. Si bien predicó el fin para finales de los noventa, y como en otras derivas sectarias, el argumento finalmente utilizado fue que se logró frenar gracias a la oración de los miembros del grupo.
Si bien en los ochenta el grupo se llenaban la boca asegurando disponer de más de diez mil seguidores repartidos por el mundo, en los años noventa, según su propia información, la Orden se habría reducido a unas setecientas personas repartidas por Suiza , Alemania y Austria, junto otro contingente variable de simpatizantes del movimiento y probablemente unos doscientos miembros de pleno; en la actualidad, las cifras de adhesión son todavía más bajas en un movimiento que, sin duda, se ha visto progresivamente mermado dentro del mercado de la sanación, debido a la presencia de otros muchos grupos cuya presencia y puesta en escena es más actual.