La prensa suiza se ha hecho eco estos días del hallazgo de una mujer que fue encontrada muerta de inanición en su propia casa tras haberse iniciado en las prácticas basadas en la «nutrición pránica» respiracionistas.
Al parecer -y según ha referido la propia familia que es quien la encontró muerta tras varios días sin saber de ella- esta mujer suiza se interesó por el Respiracionismo a partir de haber visto la película «Vivir de la Luz», que relata la vida de dos personas, Michael Werner (antropósofo con un doctorado en Química) y el anciano yogui Prahlad Jani.
Estos dos protagonistas del film refieren haber podido llegar a alimentarse «espiritualmente», sin necesidad de ingesta de sólido o líquido alguno. Por su parte, el antropósofo Werner asegura que lleva «viviendo de la luz» desde el pasado año 2001, mientras que por su parte el yogui hindú asegura que lleva sus últimos 70 años viviendo tan sólo de «la energía pránica», sin alimento ni bebida alguna.
La mujer que ha sido encontrado muerta se había interesado también poco antes por el libro new age de Ellen Greve (conocida con el apodo de «Jasmuheen»), siguiendo los preparativos de manera minuciosa para prepararse para un largo período sin alimento. De este modo, durante la primera semana no tomó alimento ni bebió nada, escupiendo además su saliva con regularidad. Durante la segunda y tercera semana volvió a beber algo, aunque su estado de salud ya se había deteriorado lo suficiente como para que sus hijos empezaran a preocuparse seriamente.
La mujer tranquilizó a su familia diciendo que abandonaría esta práctica si notaba que comportara algún riesgo, asegurando que estaba controlando la situación. Nada más lejos de la realidad dado que finalmente la familia tuvo que tirar la puerta de su casa abajo cuando constataron que su madre ya no contestaba a sus llamadas, encontrándola entonces muerta en su domicilio.
Esta no es la primera muerte que se produce como consecuencia de las prácticas respiracionistas. El pasado año 2007, Timo Degen, un joven de 31 años de Munich murió de un colapso circulatorio al intentar «vivir de la luz». También murió a sus 53 años de edad el neozelandés Lani Morris, como consecuencia de un derrame cerebral causado por la pérdida de líquidos en 1998; y en 1999, el australiano Verity Linn fue encontrado demacrado en un lago de Escocia tras haber seguido las prácticas de «nutrición pránica».
Los defensores de la «alimentación pránica» atribuyen estas defunciones a «negligencias o irresponsabilidad», mientras que otros promotores de estos procedimientos aseguran que tales muertes pudieran deberse a «razones espirituales». En ningún momento se plantean que pudieran deberse, precisamente, a la propuesta misma.
Esta práctica de hecho no es nueva en la Historia. Cabe recordar la referencia del santo suizo Nikolaus von der Flüe, de quien se dice que durante el siglo XV vivió durante 19 años sin comida ni bebida. Es innegable que tal cosa es imposible en términos médicos, y aunque diversos especialistas han querido probar si Michael Werner dice la verdad, lo cierto es que éste se negó a compartir los datos médicos.