Hace unos días, Barcelona quedó inundado de toda infinidad de carteles callejeros en donde se anunciaba la conferencia del pasado 20 de octubre del doctor C. Dölzmüller, de Austria, sobre «las curaciones espirituales comprobadas por la ciencia». En esta ocasión, y tras haber pasado por Zaragoza y por Toledo, propusieron una charla en donde médicos y terapeutas informaron sobre las enseñanzas de Bruno Gröning, dentro de un ciclo «de más de 400 conferencias sobre sus experiencias por todo el mundo». Los impulsores de tal propuesta, el Círculo de Amigos de Gröning, del que ya hablamos en una entrada anterior.
Bruno Gronkowski, más tarde conocido como Bruno Gröning (1906-1959), hizo sus primeras apariciones en público como «sanador espiritual» a finales de los cuarenta en Alemania, justo en un momento en que la sociedad estaba devastada por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y ávida de promesas de cambio o curación. De oficio carpintero, se casaría en dos ocasiones y tras numerosos problemas relacionados con la práctica ilegal de la medicina, fallecería en París de un cáncer de estómago. Se le describe en los siguientes términos: «desde muy pequeño era capaz de ejercer una influencia curativa sobre personas y animales […] no estudió ni desarrolló sus enseñanzas; éstas le fueron otorgadas espiritualmente […] Cuando Bruno Groening daba sus discursos de fe, a menudo ocurrían escenas bíblicas: ciegos volvían a ver y paralíticos volvían a caminar».
Gröning predicaba la enseñanza de «la sintonización», una «corriente curativa de energía divina», bajo la idea que «el ser humano primitivo no se enfermaba […] Los seres humanos se han vuelto malos […] las penurias trajeron el sufrimiento espiritual a los seres humanos […] por consiguiente tienen que enfermarse. El uno apesadumbra espiritualmente al otro. Los seres humanos se han deformado, se han alejado de lo natural, muchos han perdido la fe en Dios. Pero el que se aleja del camino divino, también se desprende de su salud». Existiría una «energía divina» que sería capaz de obrar milagros sobre la salud de los enfermos, sea de dolencias físicas o psíquicas. Él mismo se consideraba un enviado de Dios para la transmisión de esa energía, «una corriente curativa que fluye a través mío». Mediante «la concentración mental» o el «envío de la energía a distancia», algunas personas aseguraron encontrar curación, junto a las bolas de Gröning, que rápidamente se comercializaron en el mercado negro y que supuestamente contenían propiedades mágicas.
Calificado por algunos como «el doctor milagro» y por otros como un simple charlatán, pronto se vio envuelto en problemas legales de los que finalmente sería absuelto; junto a las denuncias por práctica ilegal de la medicina se sumaron otras por movimientos económicos poco claros y un estilo de vida elevado en Gröning, así como por homicidio involuntario.
En 1958, el mismo Gröning fundaría la Asociación para la Promoción de los Fundamentos Naturales y Mentales para la Vida Espiritual, una asociación que continúa existiendo en la actualidad y de la cual se escindiría más tarde el mencionado Círculo de Amigos de Bruno Gröning, cuyo registro legal es de hecho el Círculo para el Entreno de la Vida Espiritual.Otros grupos que se formaron en torno a la figura y enseñanzas de Bruno Gröning incluyen al Círculo de Información y la Fundación Bruno Groening, sin que eso excluya otros que lleguen a afirmar consultas con el espíritu del fallecido Gröning.
Años después de su fallecimiento, el movimiento volvió a ser retomado por una ferviente seguidora, Grete Häusler (1922-1997). En la actualidad, el Círculo de Amigos está presidido por su hijo Dieter Häusler (1962-), quien es a su vez único accionista de la empresa Grete Häuser GmbH, encargada de comercializar los libros, DVD, música, películas, documentales o cualquiera otros productos relacionados con el Círculo.
Desde finales de 1998, aseguran disponer de un Grupo Especializado Médico-Científico (MWF), que habría registrado «miles de curaciones y ayudas». Entre las supuestas curaciones -de las cuales no existe artículo alguno publicado en revistas conocidas- engloba a las alergias, enfermedades de los ojos, de las vías respiratorias, ginecológicas, enfermedades de la piel, del corazón, dolores de cabeza, adicciones, trastornos psíquicos (depresión, trastornos psicóticos, trastornos borderline…), enfermedades neurológicas o incluso ciertas formas de cáncer. Los fragmentos que se recogen en su propio espacio web no deja de ser más que testimonios de fervientes pacientes agradecidos por las curaciones espirituales efectuadas, esta vez, con la intercesión del fallecido Gröning.
A inicios de julio del año pasado, podía encontrarse también la siguiente interesante referencia en su publicidad: «la Sociedad “World Peace Prayer Society” (WPPS) que está asociada a las Naciones Unidas (ONU) distinguió el 23 de mayo de 2013 al Círculo de Amigos de Bruno Gröning con el “Peace-Pole”, el ‘Polo de Paz’. El Consejo de Recreación Personal de las Naciones Unidas (UNSRC) SaluS invitó a la solemne ceremonia en la Capilla Ecuménica Tillmann de las Naciones Unidas». Desde este ángulo parecería que la ONU hubiera distinguido con un premio al mencionado Círculo de Amigos de Gröning. Pero resulta que aunque «está asociada» no significa que «sea la ONU», a la vez que la mencionada Capilla no se encuentra en el interior sino en otro edificio adyacente de doce plantas destinado a múltiples funciones y que puede alquilarse por diversos grupos interesados en ello (aunque se designen como Centro Eclesial «para» las Naciones Unidas, pero ello no significa tampoco que sea «de» las Naciones Unidas). Y en cuanto al Consejo de Recreación Personal de las Naciones Unidas (UNSRC), resulta también de interés indicar que en realidad se trata de una entidad que reúne a unas 56 agrupaciones mayoritariamente de naturaleza deportiva en su composición. Y la World Peace Prayer Society, es una organización no gubernamental vinculada al Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas en Nueva York, es decir, una de las múltiples NGOs registradas sin que ello tenga efecto vinculante sobre la ONU.
En el informe de la Miviludes del pasado 2005, que remarca la necesidad de una vigilancia atenta a aquellos movimientos que realizan prácticas pretendidamente terapéuticas y que se oponen a la medicina alopática, se mencionaba al Círculo de Amigos de Bruno Gröning. En este sentido, se refierían a que «los casos de abusos probados en las comunidades que practican ritos de curación a través de la fe, las comunidades que combinan la espiritualidad y la promesa terapéutica, son sin duda los más cuestionables, como sucede con los «grupos de médicos y científicos del Círculo de Amigos de Bruno Gröning que son muy poderosos en Alemania y que en Francia están especialmente entre las personas mayores». Cuatro años más tarde, otro informe de la misma Miviludes se refiere a la participación de los menores de edad en las reuniones del Círculo, advirtiendo sobre los riesgos asociados a estas prácticas en términos de posibles negligencias en la atención a la salud.
El Centro de Información y Asesoramiento sobre Organizaciones Sectarias Nocivas (CIAOSN), en su informe bianual de 2003-2004, también mencinó al Círculo de Amigos de Bruno Gröning, alertando sobre «los problemas médicos y de salud […] la situación es preocupante […] estas cuestiones afectan no sólo el problema de la medicina convencional […] son prácticas que pueden resultar en graves consecuencias […] nos preocupa que este tipo de razonamiento lleve a algunas personas a abandonar el tratamiento médico convencional para volcarse en la curación espiritual»
El Bundestag de Alemania (Sala Primera), también abordó la cuestión del Círculo de Amigos de Bruno Gröning. El informe oficial alemán en 1998 titulado Las llamadas sectas y psico-grupos se refiere a «la curas que no están científicamente validadas o reconocidas por la medicina convencional». Al igual que otras entidades europeas, el Bundestag está preocupado por la capacidad de convencer a enfermos de tratar enfermedades incurables por parte de estas prácticas: «ya que puede dar a entender a la gente que pueden ocurrir milagros a través de la fe, lo que en casos extremos puede llevar a rechazar tratamientos convencionales movidos por su fe».