Bikram Yoga es un sistema de yoga desarrollado por Bikram Choudhury a partir del tradicional hatha yoga y popularizado a partir de la década de los setenta. Las sesiones de hot yoga se desarrollan durante 90 minutos y consisten en una serie de 26 asanas (posturas) y dos ejercicios de respiración, practicándose en una habitación caliente a prácticamente 41 grados con una humedad del 40%.

Sus practicantes aseguran que «Choudhury diseñó científicamente este programa de 90 minutos para proporcionar una salud absoluta a través del equilibrio y fortalecimiento de todo el sistema, y de esta forma previene enfermedades, lesiones, ayuda a perder peso y limita los efectos de envejecimiento. Además, esta serie de posturas combina las habilidades de la concentración, la paciencia, la determinación y el auto-control y aumenta la claridad mental y disminuye el estrés».

Bikram Choudhury nació en Calcuta en 1946 y asegura que empezó a practicar yoga a la edad de cuatro años durante 4-6 horas cada día. A la edad de trece años, ganó el Campeonato Nacional de Yoga de la India, manteniéndose invicto durante tres años; más tarde ideó la secuencia de 26 posturas y fundó la Universidad de Bikram Yoga de la India. En la actualidad, dispone de cientos de centros de yoga repartidos por todo el mundo y más de 3.000 profesores instruidos en su método. Entre sus más conocidos practicantes encontramos a Dan Hardy, Kareem Abdul-Jabbar,David Beckham, Lady Gaga, Robbie Williams, Madonna, Daniel Craig, Brooke Shields, John McEnroe, Beyoncé Knowles, Demi Moore, George Clooney, Jennifer Aniston o Jeff Bridges.

Recientemente, la estudiante Sarah Baughn de 29 años ha demandado en Los Ángeles a Bikram Choudhury por acoso sexual. La demandante asegura que fue objeto de «repetidos intentos de Choudhury para mantener relaciones sexuales». Baughn afirma además que, debido a su reiterada oposición, fue bloqueada profesionalmente y por eso mismo se le negó un título en el Campeonato Internacional de Yoga del pasado 2008.

En una entrevista del año pasado en ABC News Choudhury reconoció que «las mujeres del mundo me aman, porque me ocupo de las mujeres. Pero … se supone que un yogui es un yogui. No puede mantener relaciones con las mujeres». La denunciante entró en contacto con Bikram Yoga en 2005, considerándole como un héroe, para más tarde empezar a observar cómo escogía a algunas mujeres del grupo como las preferidas a la hora de alisarle el pelo o hacerle masajes. En uno de los cursos, según indica Baughn, Choudhury se le acercó y le dijo que tenía un «fuerte contacto energético» con ella debido a una conexión en una vida pasada entre ambos. La demandante asegura que en alguna ocasión y con la excusa de ayudarla con alguna asana, aquél le mantenía inmóvil en el suelo susurrándole insinuaciones sexuales.

Tampoco es ésta la primera vez que Choudhury se encuentra rodeado de controversias, más allá de su preferencia por los coches lujosos, sus alardes de tener la piscina de mayores dimensiones de Beverly Hills o de afirmaciones como que «el yoga Bikram es bueno para una maratón sexual». En 2010, la estudiante Pandhora Williams afirmó que Bikram hizo comentarios despectivos sobre las mujeres y los homosexuales, concretamente «las mujeres son putas y prostitutas. Están aquí por una razón, para hacer bebés». La denunciante asegura que cuando se acercó a pedir aclaraciones por esos comentarios, la respuesta fue «no vendemos el encantados que esté aquí, perra puta negra. Váyase». Aunque Bikram ha negado tales comentarios, el caso irá a juicio el próximo 29 de abril.

El pasado 2012, demandó al antiguo alumno y protegido suyo, Greg Gumucio, que había creado un sistema llamado Yoga to the People, al que acusó de enseñar sus métodos sin permiso. En un canal norteamericano Gumucio se mostró sorprendido por la demanda en contra suya, «tienes un conocimiento ancestral que ha existido durante 5.000 años. … Y es algo así como si Arnold Schwarzenegger dijera que iba a hacer cinco pesas sentado, otros ejercicios en cuclillas y así … y entonces lo llamaran «El Trabajo de Arnold» y nadie pudiera enseñar esos ejercicios sin su permiso. Es una locura».

La Oficina de Derechos de Autor de los EE.UU. parecía receptiva al argumento de Gumucio. De hecho, llegaron a emitir un comunicado indicando que «una selección, compilación o disposición de los movimientos funcionales físicos, tales como los movimientos deportivos, ejercicios u otras actividades motoras ordinarias no representan en sí mismas la noción de autoría destinada a ser protegida por la ley de derechos de autor». Aún con todo, antes que se celebrara juicio, el caso terminó en acuerdo y Gumucio se comprometió a no enseñar la clase inicial de yoga Bikram en sus cursos y Bikram a retirar la demanda.

Los pleitos en relación al copyright han sido numerosos en los últimos años contra otros practicantes de Bikram Yoga que lo utilizaban «sin permiso», acogiéndose a la idea que el método de Bikram disponía de derechos de autor. Sin embargo, a finales del año pasado, la Oficina de Derechos de Autor emitió un informe en el que claramente indicaban a propósito del pleito de Brikam en contra de la escuela Open Source Yoga Unity, que «la relación entre la definición de compilaciones del artículo 101 y las categorías de autoría de la sección 102 (a), ha sido pasada por alto incluso por la Oficina de Derechos de Autor en el pasado. La Oficina ha emitido certificados de registro de autoría a «compilaciones de ejercicios» e incluso «selección y disposición de ejercicios». En retrospectiva, y a la luz de un análisis más detallado de la Oficina de la intención legislativa , la Oficina de Derechos de Autor encuentra que dichos registros se publicaron por error«.

En cuanto a sus «beneficios para la salud», y si bien es cierto que muchas personas pueden obtener beneficios del hot yoga, también existen riesgos inherentes para la salud, como la deshidratación por sudoración excesiva o la hipertermia acompañada de naúseas, mareos o desmayos. Además, las personas con problemas cardíacos o con presión arterial alta deberían ser cuidadosas con la práctica de Bikram yoga, así como aquellas otras con medicación psiquiátrica. Existen testimonios positivos de bailarines que aseguran que su prácticas puede aumentar la flexibilidad, aunque existen también evidencias que pueden desembocar en mayor inestabilidad.

En su libro Bikram’s Beginning Yoga Class (primera edición), Choudhury afirmaba haber llevado a cabo «estudios médicos» en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tokio de cara a validar los beneficios médicos de sus 26 posturas. Sin embargo, en uno de sus juicios se le pidió que facilitara copias de tales estudios, pero alegó que no podía encontrarlos. En la segunda edición del mismo libro, Choudhury ha eliminado todas las referencias a «estudios médicos».