En una audiencia para un juicio penal celebrado a inicios de este mes de abril ante el Tribunal Correccional de Gap (Francia), el sacerdote de 58 años Arnaud Rostand, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), admitió haber mantenido contactos sexuales con menores durante más de una década. El sacerdote reconoció las acusaciones por las cuales habría cometido tales abusos sexuales entre 2002 y 2018 en campamentos de exploradores celebrados en distintos lugares de Francia, Suiza y España, cuando ocupaba funciones de director de una escuela privada católica en Courbevoie (Francia), así como de profesor y responsable de los campos scouts. Varios de los testimonios que se presentaron al juicio detallaron las escenas de abuso sexual que se dieron en un contexto en donde el sacerdote en cuestión era «la autoridad suprema».
Por su parte, el sacerdote en cuestión manifestó que durante toda su vida siempre «luchó contra esa atracción hacia adolescentes», asistiendo de hecho a seguimiento psiquiátrico desde el pasado 2019, si bien sostuvo haber comunicado a la FSSPX de «sus tendencias sexuales» al menos en 4 ocasiones desde 1998. No obstante y de acuerdo a los documentos judiciales, la estructura de la FSSPX tardó 21 años en cursar la correspondiente denuncia penal. Durante ese tiempo, el sacerdote ocupó varios cargos, incluido el de director de una escuela asociada a la FSSPX en Francia, aunque también desarrolló funciones de superior de distrito en los Estados Unidos desde 2008 a 2014. En julio de 2014 se le traslada, anunciando su salida de Estados Unidos, indicando que había sido asignado a la gestión de las comunicaciones de la FSSPX desde su residencia general en Menzingen, Suiza.
A la luz de este reconocimiento por parte del sacerdote de los abusos cometidos durante años, la FSSPX emitió un comunicado público que puede consultarse en su espacio web -y que retiraron hace unos días-, en donde indicaron que «la Sociedad de San Pío X no puede encontrar palabras lo suficientemente fuertes para condenar estos actos, que tienen consecuencias irreparables. Desea expresar su profunda compasión por las víctimas, a quienes tiene la intención de apoyar tanto como sea posible». De acuerdo a esta circular, el sacerdote acusado «había sido objeto de una supervisión disciplinaria adecuada dentro de la fraternidad», si bien tardó más de dos décadas en comunicar los abusos sexuales.
En una respuesta crítica a esta declaración, una plataforma de defensa de las víctimas de la FSSPX ha señalado que Arnaud Rostand ocupaba puestos de alto nivel y puestos de autoridad, y que al menos otros dos sacerdotes habían sido acusados. «Por tercera vez en nueve meses, un sacerdote de la Fraternidad se encuentra ante un tribunal francés por agresión sexual o violación. Por no hablar de múltiples procedimientos en el extranjero».
Hace unos años ya hablé de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), una agrupación de sacerdotes tradicionalistas y bastante fundamentalistas, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1970 y que funcionan de forma no supervisada ni por la misma Iglesia Católica ni por ninguna diócesis en particular. De hecho, perdieron su reconocimiento canónico a raíz de las ordenaciones sacerdotales e incluso de varios obispos que llegó a reconocer su mismo fundador sin aceptación alguna por parte de las autoridades eclesiales.
La FSSPX nació en oposición al Concilio Vaticano II, reuniendo dentro suyo a la franja más intransigente, antimoderna y ultraconservadora de la Iglesia Católica. Las tensas relaciones con el Vaticano culminarán en 1988 en la excomunión de Lefebvre que, en contra de las órdenes del Papa, ordenaría a cuatro obispos, que también serán expulsados de la Iglesia. Pero, en enero de 2009, el Papa Benedicto XVI firmó el acto que levantó su excomunión, iniciando un tímido acercamiento entre la FSSPX y la Iglesia de Roma. Aseguran disponer de unos 600.00 devotos repartidos por todo el mundo, aunque probablemente esas cifras estén algo infladas.
Los testimonios de antiguos devotos de la FSSPX han descrito en numerosas ocasiones movimientos económicos poco claros provenientes de las mismas donaciones de sus fieles, que han dado lugar a la adquisición de iglesias, monasterios, colegios, etc. En la zona de Francia, por ejemplo, disponen de unas 60 escuelas, una universidad e incluso una residencia para personas de edad avanzada. En este sentido, algunos antiguos fieles han descrito también movimientos poco claros para la obtención de donaciones en personas cercanas a la muerte. Estos elementos llevarían a que la propia MIVILUDES mencionara a la FSSPX como movimiento sectario. De hecho, en este mismo sentido, han tenido más de una veintena de juicios relacionados con el legado que han enfrentado a familiares de los fallecidos con la FSSPX, de los cuales tan sólo perdieron unos cuatro. Diversas investigaciones de los movimientos económicos de la FSSPX han evidenciado presiones crecientes sobre sus fieles para la aportación de dinero, captaciones de herencia, trabajo encubierto, opacidad de sus finanzas y desvíos de dinero hacia Suiza. Al parecer, la mayor parte del dinero que mueve la FSSPX es gestionado por más de una docena de empresas periféricas vinculadas a la Fraternidad, empresas muchas de ellas vinculadas al sector inmobiliario.
Otro de los elementos controvertidos en torno a las prácticas de la FSSPX tiene que ver con la justificación del abuso emocional o físico en el contexto de los devotos, habiéndose descrito por parte de antiguos fieles violencia doméstica justifica espiritualmente, secuestros, situaciones de explotación económica o incluso exorcismos salvajes justificados todos ellos por el contexto doctrinal de la FSSPX.
Durante muchos años, se ha señalado reiteradamente la vinculación de esta Fraternidad Sacerdotal con diversas personas de la extremaderecha, particularmente en Francia con su afinidad con el Frente Nacional. La Fraternidad Sacerdotal mantiene un discurso crítico con lo que entiende como «errores modernos o el liberalismo», sosteniendo prácticas tradicionalistas. Como indiqué, hace unos años saltaron a la luz las declaraciones de uno de los obispos de la Fraternidad, Richard Williamson, que negaba la existencia de cámaras de gas dentro de los campos de exterminio nazis, si bien la Fraternidad no sancionó directamente al mencionado obispo por tales declaraciones de las cuales intentaron rápidamente desmarcarse como movimiento. El mencionado Williamson fundaría más tarde su propio movimiento religioso, la Unión Sacerdotal Marcel-Lefebvre. Después de la salida de este obispo, el superior de la Fraternidad Sacerdotal afirmaría que tanto los judíos como los masones serían «enemigos de la Iglesia»
Uno de los aspectos que reiteradamente ha sido mencionado por los antiguos devotos de la Fraternidad, es la acumulación de poder en torno a la figura del sacerdote, que ejerce funciones de confesor, director espiritual, consejero matrimonial y consejero personal a todos lo niveles (v.g., las mujeres no deben llevar pantalones, las mujeres deben trabajar en casa, recomendar dejar ciertas asociaciones civiles, etc.). Una investigación periodística de Street Press recogería diversos testimonios de antiguos devotos, que apuntaban a que la Fraternidad funcionaba como una secta, ya no sólo por la acumulación de poder de la figura del sacerdote -que pasa a tener acceso y control de todos los aspectos de la vida de sus feligreses-, sino al mismo tiempo por las medidas de aislamiento impuestas por la misma FSSPX: presión para no encontrarse con personas externas a la FSSPX, prohibición del televisor en las casas de los devotos, no ver aquellas películas contrarias al movimiento, no ir a la playa a ciertas horas para evitar quedar expuesto al topless, no escuchar ciertos tipos de música y no denunciar el abuso de los superiores, bajo la idea del alter Christus (si denuncias a un sacerdote es que denuncias al mismo Cristo).
De acuerdo a la experiencia de los antiguos devotos, hay una presión creciente para ajustarse a los mandatos de la FSSPX, entre los cuales se encuentran el inscribir a los hijos en las escuelas de la Fraternidad «para salvar su alma», porque supuestamente serían las únicas escuelas verdaderamente católicas. En el contexto de la educación, los padres de los hijos escolarizados en estos contextos han descrito una disciplina rígida, humillaciones de los alumnos, acoso y violencia espiritual. De hecho, en este mismo contexto escolar, la MIVILUDES había puesto en duda las medidas de vacunación de tales escuelas, a propósito de un importante brote de sarampión que aconteció el pasado 2008, con la experiencia de alguna madre que refiere que al haber comunicado tal hecho al superior de la escuela nop recibió por respuesta más que «estos niños tienen sus ángeles de la guarda». Antiguos devotos han señalado, igualmente, que dentro del contexto de las escuelas abunda la segregación racial, al mismo tiempo que se les enseña a que los judíos habrían traicionado a Jesucristo, por lo que había que convertirlos o luchar contra ellos. En ese contexto educativo, antiguos alumnos han descrito un importante revisionismo en las materias de Historia, a la vez que en alguna de sus escuelas el sacerdote al cargo se encargó de repartir Los protocolos De Sión entre sus alumnos o bien se ensalzan las figuras de dictadores católicos como Franco o Pinochet.
En 1998, en el contexto de un grupo de boy scouts marinos promovido por la misma FSSPX, fallecieron varios jóvenes en aquel campamento bajo supervisión del movimiento. Si bien el sacerdote al cargo fue declarado culpable de lesiones involuntarias y homicidio, pasó un tiempo dentro de prisión y dentro de la FSSPX tan solo fue sancionado con una reducción de sus responsabilidades.
En 2020, la Oficina de Investigación de Kansas lanzó una investigación de varios años por presunto abuso sexual por parte del clero, incluyendo a miembros de la FSSPX y otras cuatro diócesis católicas. De hecho, en aquella investigación se reportaron unos 186 posibles abusos de los que pasaron a ser investigados 112. Además, algunas de aquellas denuncias ya habían sido reportadas por otros canales desde inicios de los noventa, sin respuesta alguna. En ese contexto, junto a las denuncias por abusos sexuales en el contexto de la FSSPX, se reportaron también denuncias relativas a comportamientos manipuladores y daños a familias o a matrimonios. En aquellos momentos, responsables de la FSSPX indicaron que habían sido objeto de falsas denuncias «por parte de personas desequilibradas», a la vez que se lamentaba del comportamiento abusivo de alguno de sus miembros.
Entretanto, en 2022 saltaron a los medios africanos diversos casos de abusos sexuales a menores que se habrían producido desde finales de los ochenta hasta el pasado 2008, siendo desplazados los sacerdotes abusadores hacia Canadá o Francia. El escándalo saltó a raíz del documental realizado por un medio católico estadounidense conservador y tridentino en donde se abordaba la cuestión de los abusos sexuales en el clero, con especial énfasis en la FSSPX.
En cuanto al informe final de la investigación de Kansas, publicado a inicios del pasado año 2023, identificó a casi doscientos religiosos que habrían cometido varios delitos, sin embargo no hubieron cargos debido a que el tiempo había prescrito, o bien, porque el sacerdote en cuestión ya había fallecido. El informe en cuestión abarcaba un período de tiempo comprendido entre 1950 y el año 2022 y, si bien no discriminaba el número exacto de religiosos abusadores vinculados a la FSSPX, si indicaron que en muchos de los casos eran los propios sacerdotes los que disuadieron a las víctimas a cursar denuncia antes las autoridades bajo los más variados argumentos, muchos de ellos en tono culpabilizante o inculcando el miedo de poder ir al infierno si se llevaba a cabo una denuncia.
A inicios de este mismo año 2024, un medio suizo vuelve a abordar la cuestión de los abusos dentro de la FSSPX, subrayando la tendencia estructural de la Fraternidad a encubrir los abusos, a la vez que a desplegar un sistema de control excesivo sobre sus adherentes que habría desembocado en grados variables de violencia física, psicológica, sexual y espiritual. De forma reiterada, la política interna seguida por la FSSPX ha sido desplazar a sus sacerdotes abusadores a otros países. Este mismo reportaje suizo vino a indicar que existirían decenas de abusadores sexuales dentro de la Fraternidad que no habrían sido juzgados y que continuarían en posiciones de responsabilidad dentro de la misma Fraternidad. Por su parte, la FSSPX rechaza por completo a las autoridades externas porque considera que la Fraternidad es una sociedad santa, perfecta y autosuficiente que tiene todo lo que necesita para cuidar de sí misma. Por esta razón, la FSSPX no se considera obligada a rendir cuentas a los organismos externos, en particular a las autoridades estatales. Al mismo tiempo, cuando saltan a los medios casos de abusos sexuales, señalan a sacerdotes individualmente, negando que pudiera tratarse de un problema sistémico que arrastran desde su misma fundación y que habría dado lugar a abusos diversos documentados alrededor de todo el mundo.