Tras las inspecciones realizadas a diferentes residencias de mujeres consagradas a los Legionarios, el Vaticano se ha propuesto dar a cientos de mujeres que viven como monjas dentro de la Legión una mayor autonomía, tras haber constatado serios problemas en sus comunidades.
El delegado del Papa el cardenal Velasio De Paolis, dijo en una carta publicada el pasado lunes que los problemas de las mujeres consagradas de la rama de la Legión eran «muchos y difíciles». Especialmente preocupantes es que no tienen status canónico alguno dentro del grupo.
Aparte, diversos testimonios de ex consagradas de los Legionarios de Cristo han subrayado el control diario que se ejerce sobre ellas, desde qué deben comer hasta qué deben ver o no en la televisión. Las mismas ex consagradas destacan de su experiencia el elevado control emocional sobre ellas, hasta el punto que cualquier duda acerca de la propia vocación era anulada o se les amenazaba con el rechazo de su propio director espiritual.
Desde que el pasado año 2009 el Vaticano aceptara finalmente la veracidad de las denuncias de diversos ex miembros acerca de la doble vida de su fundador y los numerosos abusos que cometió tanto con las drogas como con las mujeres -y después que Juan Pablo II considerara a Maciel como la figura a seguir de la ortodoxia y por su capacidad para atraer nuevas vocaciones-, los escándalos han alcanzado igualmente a la vida de las mujeres consagradas. Las mujeres consagradas suelen hacerlo al alcanzar los 18 años, tras un breve curso de 6 semanas tras el cual prometen obediencia absoluta.
Maciel había creado la rama consagrada de laicos de la Legión Movimiento Regnum Christi principalmente como una herramienta para una mayor recaudación de fondos y de cara a suministrar profesores no remunerados para las escuelas de la Legión; la mujer consagrada también es responsable de ejecutar ciertos programas para la juventud y la atracción de nuevos miembros. Hacen promesa de pobreza, castidad y obediencia como monjas, aunque no gozan de ninguna de las prerrogativas canónicas como religiosas.
Responsables de los Legionarios de Cristo se han negado en repetidas ocasiones a dar números sobre las mujeres consagradas en la Legión -algunas cifras estiman en 900 el número de mujeres en sus mejores momentos- aunque diversas ex consagradas indican que el número es mayor desde que se destaparon todos los abusos de Maciel, lo que ha llevado a muchas de las seguidoras a replantearse su vocación.
De Paolis dijo que las mujeres tendrían que volver a escribir sus propias normas, pero que por ahora los Estatutos rectores de su vida que fueron aprobados por el Vaticano en el año 2004 se mantienen intactos.
De hecho, un punto significativo del escándalo en torno a las mujeres en los Legionarios giraba en torno al hecho que la misma organización había convencido a sus seguidoras que el Vaticano había aprobado un conjunto de unas 1000 reglas a seguir en el 2004 cuando en realidad tan sólo había aprobado 150 de estas medidas.