Sathyanarayana Raju, conocido por sus adeptos como Sri Sathya Sai Baba y líder de la secta que lleva su mismo nombre, falleció finalmente el pasado domingo de un paro cardíaco a la edad de 85 años, tras su recién hospitalización de la que se dieron causas algo confusas. No se cumplió la profecía lanzada por el mismo Sai Baba por la que aseguraba moriría a los 96 años.
Muchos de sus seguidores le veían un «dios viviente» y se le atribuían poderes especiales y habilidades sobrenaturales tales como mover objetos en el aire, generar ceniza o comida de la nada, o incluso sacar de su propia boca joyas, bolas de oro y relojes, unas prácticas denunciadas como fraudulentas por diversas asociaciones. Asimismo, en los últimos años aparecieron denuncias por abusos sexuales, diversos delitos financieros e incluso el asesinato, aunque no se conozca resolución judicial al respecto y el mismo ex primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, llegara a defenderle en público.
Aparte de haber indicado en vida ser el «Avatar de nuestra era», también aseguraba poder resucitar a personas fallecidas, poder curar cualquier tipo de enfermedad, leer el pensamiento y hasta estar en dos lugares al mismo tiempo.
En 1960, Sai Baba dijo que estaría en esta forma humana mortal durante otros 59 años más, “en este cuerpo yo no me pondré viejo o débil como en mi antiguo cuerpo”. Sin embargo, en 2003, Michael Goldstein, uno de los directivos de la Organización Sai, informó que Sai Baba había sufrido un accidente que le dañó la cadera, aunque no se hiciera público hasta tiempo después; de hecho, desde el 2005 Sai Baba se desplazaba en sillas de ruedas.
Su centro de la India es lugar de visita para muchas personalidades; de hecho tanto la presidenta Pratibha Patil, como el primer ministro de la India, Manmohan Singh, acudieron a su último cumpleaños; este último dijo en un comunicado público que «Sathya Sai Baba es un líder espiritual que ha inspirado a millones de personas a llevar una vida moral,sin renunciar a su propia religión, siguiendo las ideas de verdad, conducta adecuada, paz, amor y no violencia».
Desde el Consejo Sathya Sai han indicado que tras «abandonar su cuerpo mortal […] Sai Baba estará ahora «omnipresente» en la naturaleza […] nuestro deber será «sentirlo y buscarlo de forma «diferente, hasta la llegada de su próxima encarnación».