La controvertida empresa de «desarrollo personal y liderazgo» Landmark Education, empresa madre de la cual se derivan innumerables programas de similares características y criticada por emplear tácticas de reclutamiento de alta presión emocional, métodos pseudopsicológicos coercitivos y una alta presión para la conformidad ideológica, ha estado operando desde hace tres años dentro de un departamento de los Servicios de Salud de Alberta (Canadá), pese a diversas denuncias de diferentes trabajadores.
Según informaba el canal de noticias CBS, varios empleados habían denunciado que se sentían presionados a participar en los talleres, incluso en algunos casos hasta acosados a participar, así como para revelar detalles de su vida íntima en los encuentros de fin de semana o en las propias reuniones con el personal. A pesar de esto, los documentos hechos públicos por el canal canadiense, apuntan a que no hubo respuesta alguna por parte de los Servicios de Salud de Alberta (AHS) y hasta que incluso se favoreció su entrada en el departamento.
Kent, profesor de sociología de la Universidad de Alberta y experto reconocido internacionalmente en derivas ideológicas y religiosas que ha estudiado Landmark y organizaciones similares desde hace décadas, indicó que «son manipuladores, muestran elevados niveles de control e involucran la persuasión coercitiva».
Kent dijo que mucha gente «dirá que se beneficiaron de la formación Landmark o que en cualquier caso no se verán afectados negativamente. Pero también están los otros, y son éstos los que cualquier entorno de trabajo muestran su preocupación. Las personas que han sufrido daños, las personas que se sienten violadas en su intimidad».
Añadió, asimismo, que no conoce investigación alguna que muestre los beneficios de este tipo de programas.
Kent describió el funcionamiento de este tipo de seminarios en los siguientes términos: «buscan mostrar a la gente que los valores que tenían hasta ese momento, era algo que les retenía. Que, efectivamente, necesitan un nuevo conjunto de valores y que los talleres pueden proporcionar ese nuevo conjunto de valores». En relación a los temores de los trabajadores a represalias por parte de la empresa ante la posible negativa a participar en los talleres, Kent aclaró que tales temores tienen fundamento, «ya que hay que tener en cuenta que las personas que promocionan estos cursos están muy comprometidas ideológicamente con la organización y lo que se busca es extender los talleres a todos los lugares que sea posible y cuando se encuentran con oposición o crítica, se deshacen de ellos, los expulsan».
El responsable de relaciones públicas de Landmark, Deb Beroset, indicó en conversación telefónica desde Chicago, que su organización «no emplea la psicología o la ideología en la formación». Hizo hincapié en que «los clientes» son libres para revelar lo que deseen. «No hay absolutamente ninguna presión para que cualquiera pueda hablar en público».
Por su parte, la responsable de relaciones públicas de Landmark, contestó que «tenemos el respaldo de los mejores psicólogos americanos, y la compañía ha proporcionado capacitación a miles de empresas de alto perfil, tales como Reebok, Mercedes-Benz EE.UU. e incluso la marina de Estados Unidos. La formación Landmark «permite que la gente sea más eficaz en sus vidas. Las personas que participan en los programas, básicamente, tienen la oportunidad de obtener nuevas habilidades en términos de comunicación y la eficacia: cosas como la responsabilidad personal, la integridad, la responsabilidad o cuestiones de esa naturaleza».
Los Servicios de Salud de Alberta pagaron casi 650 dólares por cada uno de sus 50 «ejecutivos y directores» para asistir a los seminarios Landmark, a pesar que algunas personas de recursos humanos habían alertado de los problemas potenciales asociados a este tipo de seminarios de grupos grande como Landmark.
Un asesor de recursos humanos ha indicado con claridad que «ésto podría ser visto como una forma de acoso y la violación de su privacidad…de tal modo que los empleados pueden sentir miedo a negarse a hacer el curso por temor a ser condenados al ostracismo, relegados profesionalmente o incluso despedidos».
Lo que ha llegado a conocerse es que Landmark ofreció a los empleados del área de tecnología de los Servicios de Salud de Alberta (AHS) sesiones introductoras gratuitas, que se seguían después de los cursos por valor de 650$. Los documentos hechos públicos muestran que Kevin Brown, que empezó como contratista en el AHS antes de convertirse en un gestor de allí, fue quien empezó a extender los seminarios. Y es que aparte de ser trabajador de la empresa, es al mismo tiempo un «entrenador en liderazgo certificado por Landmark». Brown utilizó el mailing interno del AHS para promover las sesiones introductorias, algunas de las cuales parecen haber sido celebradas en las mismas oficinas. Existen evidencias que las personas que asistieron a las sesiones introductorias fueron presionadas para asistir al los talleres de Landmark.
Un asesor de recursos humanos escribió en julio de 2012 que «muchos miembros del personal han sido ‘animados’ a asistir a los seminarios Landmark. Un director me dijo que después que dijera que no le interesaba, fue acosado cada día para participar hasta que se involucró.» Los documentos detallan también la experiencia de un empleado que había asistido a un seminario de formación «y que se presenta como una oportunidad increíble … yo sentía que había mucha presión para ir porque mi jefe lo había hecho»…yo no quería dar mala impresión, así que me inscribí «.
El seminario se llevó a cabo durante tres días en noviembre de 2011. Los participantes pasaron 13 horas cada día en lo que el denunciante describió como «sesiones intensamente psicológicas, a las que asistieron cerca de 200 personas, algunos colegas, otros desconocidos».
Uno de los que denunciaron los talleres, indicó que «los responsables del staff estaban en las puertas…se desalienta ir al lavabo porque entonces nos podíamos perder el momento crucial, el momento de ruptura y cambio, y ese gran avance nos iba a hacer mejores personas…el líder del taller, animaba repetidamente a que la gente se pusiera de pie y revelara sus más íntimos secretos…una chica habló de que había sido violada…yo me sentí presionado a tener que hablar de mis intimidades también…».
El mismo denunciante indicó que «en un momento dado, el líder de los talleres dijo: si usted está sentado ahí sin hacer nada ni compartir con el grupo, entonces es que está llevando una vida mediocre, no haya nada que podamos hacer por usted». En otro momento, «nos dijeron que la vida no tiene sentido y que todos somos parte de una máquina…hubo una especie de hipnosis durante unos 20 minutos, donde nos dijeron que estábamos locos en el mundo y el mundo estaba enfadado con nosotros. Había personas que estaban llorando «.
Beroset, el portavoz de Landmark, dijo la hipnosis no se utiliza en la formación de Landmark. Negó que se presionara para explicar intimidades. En sus palabras, «a la gente se les pide que cierren los ojos, simplemente para que puedan estar con su propia experiencia y reflexionar sobre su propia vida y sus propios pensamientos, sin la distracción de mirar en otras personas y lo que todos los demás están haciendo». El ejercicio en el que las personas se les dice que no tienen sentido y el mundo está enfadado con ellos «está diseñado para revelar que todo el mundo está preocupado por estos pensamientos, de vez en cuando».
El asesor de recursos humanos recomendó una investigación «a fondo» de las cuestiones planteadas por el demandante, y otros, pero poco se ha hecho hasta la fecha. Los documentos muestran que un asesor de recursos humanos finalmente llevó a cabo una búsqueda en Internet de Landmark y al parecer se alarmó, pero tampoco hizo nada al respecto. Stephen Kent indicó que «alguien debería haber actuado, porque es muy claro que hay riesgos inherentes a este tipo de programas».
Representantes de la Unión de Trabajadores Provinciales de Alberta indicaron por su parte que debería ponerse en marcha una investigación inmediata para determinar si Landmark sigue funcionando no sólo dentro de la AHS, sino también en cualquier otro lugar dentro del gobierno de Alberta.