En los últimos meses, el Movimiento Siloísta o La Comunidad (también conocidos como Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista) ha vuelto a reactivar su programa tanto en Barcelona como en otras provincias de España.
Si bien uno de sus lemas más manidos es «nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro», en la práctica, la figura del fundador es claramente idolatrada, hasta el punto que recientemente se ha editado un documental sobre la vida del «guía espiritual» del Movimiento. Adicionalmente, alguno de sus miembros vinculados a la política se he visto envuelto en la polémica de haber pedido ser «iluminados» por Silo.
Su fundador, conocido como»Silo» o «El Negro» -sobrenombres adoptados por Mario Rodríguez Cobo tras su paso por la escuela esotérica italiana Tathagata en torno a 1962-, era originario de Mendoza (Argentina), siendo presidente de Acción Católica Argentina y obtuvo su licenciatura de Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de Santiago de Chile. Cuando regresa a su país natal, fundaría primero «La Orden de Cronos», estableciéndose en una finca con doce seguidores-apóstoles. Los primeros años del movimiento de Silo estuvieron claramente teñidos de esoterismo, una cierta exaltación del superhombre (con saludos del tipo ”Salve al Superhombre») o grupos con nombres bastante informativos en si mismos, tales como la «Sagrada Orden de Kronos», la “Orden del Rayo Americano» o la “Orden de Thule». Pronto se le empieza a considerar “el Mesías de los Andes”. En aquellos años, empiezan a emplear ya su emblema de un triángulo inscrito dentro de una circunferencia, con eslóganes del tipo “Poder joven” o “Silo es amor”.
En torno a 1977-1978, son detenidos por error prácticamente una docena de miembros del grupo y encarcelados durante una semana, aunque luego se les deja en libertad, hecho llamativo, teniendo en cuenta que durante la dictadura de Videla fueron asesinados desde peronistas hasta comunistas, pasando por psicoanalistas o los mismos estudiantes. Ahora bien, cuando Silo puso en marcha el Partido Humanista, el discurso se transformó en que “fueron perseguidos por la Dictadura”, refiriéndose sus seguidores a Silo como un “mártir” que tuvo que sufrir detenciones y todo tipo de críticas «fruto de intereses contrarios». Aunque no hay que olvidar la cercanía de Silo con algunos militares, como puede observarse en la siguiente imagen.
Testimonios de aquellos primeros años del Siloismo, indican que las reuniones se realizaban en una vieja casa de la calle Catedral, en una casa vacía de muebles, con un gran mandala en la pared representando el triángulo inscrito en la circunferencia y leyéndose en aquellas reuniones los textos de Gurdjieff u Ouspenky para “alcanzar niveles superiores de conciencia”. Para ello, resultaba vital “librarse de todos los condicionamientos previos, despersonalizarse, hacer el vacío a las instituciones y al sistema”.
Otros testimonios de ex miembros del Siloismo de los primeros años subrayan que la fundación del propio movimiento estuvo plagada de engaños, como el hecho de que nunca existió la supuesta meditación de las montañas. Otras fuentes subrayan otras distorsiones del mensaje: como por ejemplo, que en el panfleto “Todavía hay futuro” se menciona que después del sermón, diez personas vendieron espontáneamente botellas y diarios para iniciar las reuniones, cuando la realidad fue muy otra (fueron impulsados más bien a hacer proselitismo para atraer a un mayor número de personas); o también el hecho que en el libro “Silo y la liberación” se hable de la reunión de la playa de Quinteros cuando algunos ex miembros de la primera época manifestaron que la grabación fue realizada en una casa de un seguidor con el ruido del agua del baño circulando de fondo para darle un efecto «exótico» a la grabación.
Pese a todo, ésto no frenó la expansión del Movimiento por Chile, ahora bajo el nombre de la Sagrada Orden del Rayo Americano, Movimiento Libertario o Movimiento de la Libertad Interior con Bruno Ehremberg Pincheira (más conocido como H. Van Doren). Durante esos años, muchos miembros eran de la alta burguesía y llegaron a colaborar contra la democracia golpeando a los líderes obreros, lo que tampoco impidió que fueran finalmente disueltos por las autoridades chilenas de aquellos años.
En 1973, fundan el Movimiento de la Religión Interior, aunque al poco tiempo empezaría a fragmentarse. No es hasta dos años más tarde que Silo decide retirarse a la isla griega de Corfú, donde en 1977 establece la central de la recién creada Comunidad, con la siguiente mención expresa a sus seguidores: “vayan a por el poder en todo el planeta: hay que humanizar la Tierra”.
Con el advenimiento de la democracia en la Argentina, en 1983 se funda el Partido Humanista, que sienta sus bases sobre la doctrina y prácticas de La Comunidad. Antiguos seguidores como Lázaro Covaldo, indican que Silo se jactaba del cambio de nombre al de Movimiento Humanista, ya que de este modo “la policía se lo pensaría dos veces antes de detener a un humanista…lo del Partido, es una buena táctica”. No deja de ser llamativa tal transformación a «la cosa política», ya que desde sus inicios alardeaban de no hacer política con su ideología. En esta misma línea, y en un texto panfletario de 1970 titulado «Silo, su enseñanza popular», indican con claridad: “¿Se debe participar en política?… Todo lo contrario. Es necesario difundir el vacío político y propagar un creciente sentimiento de repudio hacia los políticos que quieren usar al pueblo para su beneficio. La presión popular y la fuerza del espíritu pueden más que todos los políticos juntos”.
La Comunidad, además de poner en marcha el Partido Humanista, se encargó también de diseminar a diversas personas para que generaran confusión dentro del movimiento verde. Primero, impulsaron «Futuro Verde», para más adelante poner en marcha «Los Verdes Ecologistas» y finalmente, y debido a una sentencia judicial, quedaron inscritos como «Los Ecologistas».
Volviendo al lema del Movimiento («nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro»), es nuevamente contrastante el estilo profético del fundador, quien en el texto «La Mirada Interna» indica con rotundidad: “Sé cómo te sientes porque tu estado puedo experimentarlo, pero tú no sabes cómo se experimenta lo que digo. Por consiguiente, si te hablo con desinterés de aquello que hace feliz y libre al ser humano, vale la pena que intentes comprender”.
Los versículos 2, 3, 4 y 5 son todavía más informativos del estilo discursivo del Negro pero, sobretodo, de la tendencia a no pensar y acatar todo lo que proviene de la boca del profeta. En sus propias palabras: «2. No pienses que vas a comprender discutiendo conmigo. Si crees que contrariando ésto, tu entendimiento se aclara, puedes hacerlo, pero no es ese el camino que corresponde en este caso…3. Si me preguntas cuál es la actitud que conviene, te diré que es la de meditar en profundidad y sin apuro [quiere decir «sin prisa»] lo que te explico aquí…4. Si replicas que tienes cosas más urgentes en que ocuparte, responderé que siendo tu deseo dormir o morir, no haré nada por oponerme…5. No argumentes tampoco que te desagrada mi modo de presentar las cosas, porque eso no lo dices de la cáscara cuando te agrada el fruto…y 6.Expongo del modo que me parece conveniente, no del que fuera deseable para quienes aspiran a cosas alejadas de la verdad interior».
Poco después, los primeros seguidores de Silo redactaban el texto «El libro Rojo», reservado tan sólo para los cuadros de mando y que se constituyó en manual de atracción y adoctrinamiento de nuevos miembros. En relación a los recursos de captación de nuevos miembros, Silo es claro a este respecto acerca de cómo proceder para atraer más personas a la organización: «1º Usted está angustiado y mentalmente enfermo, como todo el mundo, usted debe conocerse y curarse…2º Las personas están limitadas por sus cinco sentidos y por su desequilibrio mental… Trabajamos para romper esos límites y para desarrollar otros sentidos que la gente desconoce… a ese nuevo estado lo llamamos Supraconciencia y a ese nuevo hombre: Super-hombre…y 3º Unicamente los jóvenes sin participación de esquemas y de gentes viejas, pueden lograr esto. Estas ideas se desarrollan de distintos modos de acuerdo a cada situación y según avancen los pasos de captación».
En cuanto a los “pasos de captación”, el texto de Silo es claro en este sentido y por el relato de algunos ex miembros, todo vale, incluso el empleo de la atracción física como cebo para atraer hacia el grupo:
“1º La aproximación: debe buscarse en lugares densamente poblados…aproximarse a partidos de izquierda o de extrema derecha, a universidades, agremiaciones, clubes, lugares de fiestas y reuniones, conferencias y peñas orientalistas. Especialmente la aproximación debe hacerse a compañeros de trabajo […] Determinado el ambiente, comienza el estudio del mismo y la clasificación de los diversos sujetos. Los más importantes son los disconformes, o sea los desilusionados de todo aquello que los rodea. Ubicados los individuos, se establece con ellos (siempre en apartes personales, eso es muy importante) la primera relación, utilizando cualquier pretexto, y dando siempre la razón al sujeto que interesa. No discutir jamás con él….
2º El contacto: una vez interpretado el sujeto, se lo trata de interesar sobre las ideas básicas. Si se descubre resonancia, se procede a intercambiar direcciones y horarios para futuros encuentros.
3º La frecuentación: es durante este paso que se mantienen relaciones ya formales, con el sujeto, insistiendo siempre sobre las ideas básicas, enfocando siempre los mismos temas desde distintos puntos de vista. Se pueden dejar entrever ciertas realidades logradas. Se promete algo muy interesante.
4º La presentación: cuando la actitud expectante es favorable, aparece en escena un amigo, que es gran conocedor del tema. Es importante llevar el sujeto hacia el Epónimo y no a la inversa. De este modo se lo saca al captado del ambiente en que se encuentra seguro. La presentación debe ser breve y muy interesante, sobre todo debe ser «sugestiva».
5º La desconexión: se acerca el momento de insinuar la existencia de otras personas conocedoras del tema que preocupa al sujeto. De acuerdo a [sic] sus reacciones se deja entrever la necesidad de preocuparse más seriamente de todo eso, para lo cual hay que combinar horarios, ya casi a modo de contacto diario lo cual provoca al sujeto cierta desconexión y más conflicto con su ambiente. Si el «captado» empieza a «buscar» a quien lo capta, si empieza a girar alrededor de él, desconectándose de su antiguo círculo de relaciones e intereses, puede iniciarse el último paso.
6º La crisis: desconectado, y a veces en conflicto con su medio, el sujeto busca al captador, que a su vez, desarrolla en él la técnica de la crisis. Esto se logra poniendo en fuga mental al captado: toda la visión anterior de la realidad ha de cambiar bruscamente. Nada de lo que ha hecho ni está haciendo el sujeto tiene sentido […] El sujeto no debe conservar ninguna armazón en pie. Sólo la profunda necesidad de cambio interior. Nada exterior puede salvarlo. Si de sus amigos, de su trabajo, de su familia, de sus proyectos, de ellos debe desilusionarse. Las cosas y las acciones humanas son limitadas y enfermas, nada tiene sentido. Cuanto mayor sea la crisis, mayor es la posibilidad de cambio en el sujeto. Si ha llegado a tal punto, se lo relaciona con otros coetáneos que están en su misma situación y se efectúa en ese momento la reunión preparatoria”.
De acuerdo con la experiencia de los ex miembros, la presión emocional suele ser bastante importante a la hora de asistir a las reuniones de la organización y a realizar las «prácticas de autoconocimiento». No es infrecuente que se entre por la vía de una posible relación de pareja con alguien que ya pertenece al grupo.
Como en cualquier movimiento de esta índole, hay diversas capas de vinculación. Pero en momentos más avanzados del proceso de vinculación, se estimula al neófito a transformar su vida en una entrega cada vez más exclusiva al Movimiento, cargado al mismo tiempo de múltiples reuniones y encuentros, como una forma de entrega absoluta al Movimiento que los convierte en «monjes siloistas». En el foro Amigos Comunidad del Umbral, podemos encontrar la referencia al texto que habla sobre los «monjes siloistas»: «Los Monjes Siloistas consagran su vida a la difusión y práctica de El Mensaje de Silo. En ese sentido, los Monjes Siloistas tendemos a: Difundir en todo tiempo y lugar El Mensaje de Silo, esclareciendo y orientando a las personas interesadas en hacerlo práctica cotidiana de vida … Contribuir mediante la fundación de Comunidades Siloistas y Unidades Monásticas Siloistas al establecimiento acelerado de la Nación Humana Universal … Nuestra actitud desposesiva nacerá desde la fe. Fe en nosotros mismos, en la obra común Siloista, en el ser humano y en la presencia de lo trascendental en este momento de la historia … f. Es necesario estudiar y practicar la doctrina de Silo y El mensaje de Silo … g. Es necesario eliminar las creencias viejas e inútiles que aún viven en nosotros … 4. Tendemos a la construcción de un espíritu inmortal … g. Practicar «El Mensaje de Silo» es fundamental para eliminar el sufrimiento en esta vida y es la manera de acercarse a la inmortalidad».
Quizá es oportuno recordar en este punto las palabras Krishnamurti de 1929, autor a quien Cobos al parecer leyó pero del cual no sabemos qué entendió. En palabras de Krishnamurti, «La Verdad, siendo ilimitada, incondicionada, inaccesible por cualquier camino en absoluto, no puede organizarse; ni se debe formar una organización para conducir o para forzar a la gente a lo largo de cualquier camino determinado … Una creencia es puramente una cuestión individual, y usted no puede y no debe organizarla. Si usted lo hace, la transforma en muerta, cristalizada; se convierte en un credo, una secta, una religión, para ser impuesta a otras … Si una organización es creada para este propósito, se vuelve una muleta, una debilidad, una esclavitud, y deja inválido al individuo, y le impide crecer, establecer su singularidad, miente en el descubrimiento por sí mismo de lo absoluto, de la verdad incondicionada».