A inicios de esta semana, se aceptó en Rusia una propuesta de ley orientada a prohibir la publicidad de actividades de curanderos, sanadores, brujas y hechiceros, un sector que en los últimos años había experimentado un importante crecimiento en todo el país. De acuerdo con los políticos que intervinieron, estos practicantes generan «daño moral y físico a las personas, así como daños económicos al país».
Las medidas sugeridas se orientan a limitar ciertas formas de publicidad de estas personas que aseguran curar enfermedades, resolver problemas emocionales y otras situaciones de las que se carece de cualquier garantía de veracidad.
Aunque la propuesta debe pasar una triple aceptación antes de llegar a la Duma, en una primer vuelta, la propuesta de ley fue aprobada por unanimidad. La diputada Tatyana Yakovleva aseguró que el número de estos practicantes en Rusia supera incluso al de los médicos y que las cifras que pueden manejar anualmente rondarían los dos millones de dólares; la diputada denunció asimismo las falsas promesas de curación de enfermedades como el cáncer y el SIDA.
Una investigación que fue publicada este mes de agosto por un equipo independiente, constató en sus encuestas poblaciones que aproximadamente un 20% de los rusos habrían visitado a curanderos para solucionar sus problemas emocionales, mientras que tan sólo un diez por ciento habría acudido a un psicoterapeuta.