Una familia ha demandado al colegio al que asistía su hija, al haberse negado aquéllos a formar a su personal en la prevención de alergias a las nueces. El colegio, la Berkeley Hall School Foundation, basado en Ciencia Cristiana y situado en Mullholland Drive (Los Ángeles), ha sido demandado ante la Corte Suprema por el matrimonio Kelly Van Halen y Baron Rogers, que han incluido en la demanda al administrador de la escuela Winnie Needham así como a la encargada de admisiones Natalie Miller, alegando incumplimiento de contrato, fraude e imposición intencional de angustia emocional.
Diversos informes médicos han indicado que la intolerancia a las nueces puede desembocar en un shock anafiláctico o incluso la muerte, motivo por el que casi todos los colegios disponen de un protocolo específico que contempla el tener a mano pequeñas dosis de adrenalina en compuestos como EpiPen o Twinject.
Al parecer, la niña afectada era alérgica a las nueces y el colegio tenía conocimiento de ello, aunque en una de las fiestas del mismo colegio la menor quedó intoxicada tras la negativa del colegio a que su personal recibiera entrenamiento específico para prevenir estas reacciones alérgicas mediante inyecciones y pese a que en un principio hubieran estado de acuerdo a ello, según consta en la demanda.
Los padres de la niña intoxicada alegan que la escuela cree que existe un «poder superior» que protegerá de las alergias, motivo por el que se negaron a formarse o disponer de la adrenalina necesaria. Desde el colegio no han respondido a estas cuestiones. Al mismo tiempo, indican que la niña es comunicó que desde el colegio le habían dicho que en realidad las alergias «están en la cabeza» y que «se pueden curar con la fe y la oración».
En el pliegue de la demanda se especifica que de hecho «los acusados se negaron a contratar a una enfermera, incluso después que los padres de los alumnos de la escuela se ofrecieran a pagar el coste económico de la contratación de la enfermera». Tras la intoxicación, el colegio les prometió el reembolso de la matrícula del curso y un acuerdo de confidencialidad, pero el matrimonio demandante se negó a tal acuerdo y decidió acudir a los tribunales.
La misma familia tenía conocimiento además del caso de un chico al que su hija había visto comer tranquilamente nueces en una comida del colegio tiempo atrás, cuando la escuela ya se había cerrado a la opción de formar al personal; a la familia les dijeron que le habían dado nueces a ese chico por un tema de diabetes, cuando en realidad no era así. Y cuando los padres preguntaron al colegio qué podían hacer desde el colegio si a la niña le daba una rección alérgica, el personal del centro les comunicó que lo único que podían hacer elos era llamar al 911 y solicitar ayuda.
De acuerdo con The Courthouse News Service, los padres alegan asimismo en la demanda una cuestión de discriminación entre aquellas familias que simpatizan o son miembros de Ciencia Cristiana, de aquellas otras familias como las de los demandantes que no lo son y que no rechazan la asistencia médica.