El pastor Terry Jones, un hombre de 59 años que recientemente hizo «una barbacoa con el Corán» y que ya había anunciado un acto similar en contra del Islam a finales del pasado año, ha sido criticado recientemente por ex miembros de su iglesia. Estos nuevos testimonios se suman a los abusos que en su día la propia hija del pastor había denunciado.

En esta ocasión, ex miembros de la Dove World Outreach Center, han denunciado la exigencia de una lealtad absoluta al pastor Jones, lo que en la práctica comportaba también atender a dietas específicas, consultar acerca de la idoneidad de un trabajo externo a la organización e incluso la regulación de las relaciones personales dentro y fuera de la iglesia.

Uno de los ex miembros que recientemente ha hablado antes los medios de comunicación de Gainesville, ha indicado que tras haber abandonado al grupo tan sólo ha podido ver a sus padres una vez en un año debido a que aún esperan que acepte las enseñanzas de la iglesia.

Los ex miembros han indicado que tras unos primeros contactos con la iglesia de Jones, se debe pasar por la academia a lo largo de tres años en los que les enseña adherencia a las enseñanzas de la Biblia, acompañándose el aprendizaje en la academia del pastor con horas de trabajo no remunerado en la iglesia así como en la instalación que tiene fuera de la iglesia.

Diversas familias han manifestado también haber dejado cantidades de dinero variables para la construcción de las instalaciones o haber sufrido de rupturas tras la adherencia de algún familiar a la iglesia.

Por su parte, el pastor Jones niega cualquier descripción de su iglesia como una secta; afirma que las personas que abandonan el grupo es porque «su fe no es suficientemente fuerte».

La iglesia del pastor Jones ha experimentado el abandono de numerosos miembros al iniciar aquél su bizarra guerra en contra del Islam. No obstante, continúa celebrando sus ceremonias entremezclando ritmos militarizados con cantos de la Biblia, subiendo al púlpito y comparándose a Martin L. King o con Josué ayudando a sus seguidores a cruzar el río Jordán.

Según Jones, quemar el Corán era necesario -aún cuando hayan producido muertes como resultado de las protestas- «porque supone defender los Evangelios». En referencia a los hechos bíblicos relacionados con Josué, el pastor Jones asegura que «también cuando cruzaron el río Jordán pusieron sus vidas en riesgo…tan sólo existe una forma de pararme…disparándome».