Siguiendo la investigación de La Press, los periodistas decidieron hacerse pasar por potenciales clientes a diversos sanadores espirituales y pseudoterapeutas, obteniendo diferentes diagnósticos de su supuesto problema a la vez que propuestas curativas de lo más variopintas. Con la magnetizadora Miysty Carranza, que siempre viste con su bata blanca como si fuera un doctor, aplica sus imanes para resolver todo tipo de problemas con la creencia que «la aplicación de los imanes se consiguen eliminar los microorganismos que generan las enfermedades»; tras un examen del cliente, Carranza no duda en su diagnóstico: cólera. A parti de ahí, el paciente deberá dejar de comer brócoli aparte de continuar con la aplicación de los imanes.
La prospección de la periodista de La Presse se centra como decíamos en una entrada anterior en la región del Canadá, aunque como en otros lados se ha indicado, el fenómeno es extensivo a todo Europa y los EEUU, a la par que en nuestro país podemos encontrar un amplio abanico de pseudoprofesionales. La versión moderna de los antiguos charlatanes pasa por pretendidas terapias, supuestos centros de formación y la expedición de diplomas que dan la apariencia de seriedad y rigor. Unos se anuncian por la calle con carteles ofreciendo «terapia», «crecimiento personal» o lo que fuere, otros disponen de vistosos espacios web, otros de tiendas y centros en donde ofrecen tales «terapias» …
La mencionada magnetizadora, por ejemplo, asegura en su página web que el tratamiento de imanes que ofrece «se aplica con gran éxito en casos de SIDA, meningitis, herpes, epilepsia, diabetes, neumonía, hepatitis, esquizofrenia, infertilidad […]». Además, su tratamiento permitiría que una vez «limpiada» la paciente, tales enfermedades ya no se transmitirían hereditariamente. Ya no deberían temer al cáncer.
Los periodistas decidieron entonces consultar a otro de testos «terapeutas», Antonin Poncik, quien concluyó con otro diagnóstico: «un accidente cerebral vascular tras el cual se desarrolló un quiste en la zona intestinal que al estar demasiado bajo provoca un desequilibrio». El tratamiento que les propone se basa en «eliminar los puntos azules que existen alrededor del cuerpo», puntos se supone aparecen con la enfermedad y que de hecho tan sólo puede ver él.
Claro que semanas antes, otra «terapeuta», enfermera con la que se mantuvo una consulta telefónica, fue igualmente enfática: «tiene una espalda flácida, no ha había visto nada igual». Aunque la «terapeuta» no llegó a ver a sus supuestos pacientes -dado que tan sólo tuvo una conversación telefónica- pudo dar un diagnóstico gracias a la firma escaneada de la clienta, a través de toda una serie de lista de palabras que le vinieron a la mente mientras tocaba su diapasón. Entonces, «siguiendo el sonido a través del cuerpo, puede llegarse a detectar la enfermedad y eliminarla».
El Colegio de Médicos del Quebec dice que las propuestas de estos charlatanes son cada vez más peculiares: desde ofrecer pseudoanálisis de sangra u orina, el impulso de la energía eléctrica, ver a través del cuerpo, vibrar como las herramientas de carpintería… Pero lo más habitual es encontrarse con pseudoprofesionales como Giulio Fioravanti, naturópata, hipnotizador, sanador y profesor de tai-chi, que «cura» con la imposición de manos «reequilibrando la vibración celular a la normalidad» de cara a tratar problemas como el cáncer u otras enfermedades terminales. Con su «técnica de biocurugía plásmica» dice que logró sanar un menisco desgarrado.
Todos ellos disponen de sitios web, de vídeos en donde los pacientes aseguran haber sido curados, numerosos testimonios positivos y ofrecimientos de «reconectar con el universo» y diversas propuestas por sustanciosas cantidades de dinero. Pero para algunos, los «tratamientos» propuestos han resultado en daños psicológicos y/o económicos. A Nicole Ouellet la condenaron a indemnizar a una cliente aunque después de esta denuncia ha seguido ofreciendo sus servicios en algunos casos doblando el precio. Y aunque «terapeutas» como Misty Carranza aseguren que «los tratamientos con imanes son una terapia científica revolucionaria», lo cierto es que un metaanálisis publicado el pasado año 2006 por el British Medical Journal concluía que» los imanes terapéuticos (un mercado global que mueve 1 millón de dólares anuales, 300 millones en los Estados Unidos) son completamente inútiles.
Los nuevos formatos de estas propuestas, como la que ofrece Eric Pearl a través de la «reconexión», se promocionan del siguiente modo: «es posible que desee ayudar a la gente a curarse sin querer pasar ocho años en la escuela de medicina y la residencia». Y es que tras la publicación de su libro que se ha traducido a 36 idiomas, este quiropráctico ha asegurado «haber activado las manos de unas 60000 personas para que tengan acceso a nuevas frecuencias para convertirse de este modo en catalizadores de la curación».
Uno de los fervientes seguidores de Pearl, Jean Cornudet, dice poder curar a través de la energía reiki y activar «las capacidades de mis clientes a través de desbloquear sus canales para que de este modo puedan conectarse a una energía superior. Aunque en una entrevista disponible online prefiere hablar de «paz interior», en su sitio web asegura que el reiki es capaz de sanar las causas de la enfermedad. Y aunque afirme que no obligue a nadie a abandonar el tratamiento médico por el reiki, también en su sitio eb aparece el testimonio de una paciente que afirma haberlo abandonado para someterse al reiki. Los periodistas decidieron asistir a uno de los cursos de Cornudet, y aunque no terminaron, el mismo Cornudete se apresuró a darles el diploma.
Los periodistas constataron además que alguno de los tratamientos que recibieron podían ser reembolsados por sus compañías de seguros, dado que muchos de ellos ofrecieron recibos de naturópatas o médico naturista. Y aunque algunas asociaciones de naturópatas han intentado desmarcarse de ciertos pseudoprofesionales, en la práctica existen importantes diferencias en cuanto a los recursos que emplean (unos aceptan la terapia por ingesta de orina, otros el reiki, o la terapia de ángeles, o la «reconexión» … todo ello entremezclado con tratamientos herbales).
Las víctimas no se quejan, por la vergüenza de haber sido engañadas, y cuando lo hacen, no quieren testificar. Aparte, de acuerdo con diversos especialistas del canadá, la Justicia es lenta mientras que estos charlatanes actúan rápido y logran amasar cantidades importantes de dinero antes de verse imputados. Sin embargo, los datos judiciales del Canadá tan sólo refieren 11 denuncias en los últimos 20 años, pese al crecimiento exponencial de este tipo de propuestas. Y cuando se impone una pena, suele ser una multa económica, tras la cual, muchos de ellos continúan desarrollando sus prácticas.