De acuerdo con los datos recientemente aportados por REVEAL /The Center for Investigative Reporting, desde el pasado 2001 al menos seis personas declaradas odinistas fueron condenadas en los Estados Unidos por preparar o perpetrar algún tipo de acción violenta. Sin duda, fue la acción de Anders Breivik -quien el pasado 2011 perpetró un asesinato masivo en un campamento de verano en Oslo (Noruega)-, la que atrajo nuevamente la atención sobre este tema al haber declarado él mismo ante el tribunal que se había identificado con los odinistas durante años.

Los odinistas racistas de hoy día, sostienen que se trata de la única religión pura para los blancos, «la única religión que no se ha visto mongolizada por el profeta judío Jesús». Los odinistas raciales se ven a sí mismos como guerreros, listos para reclamar América para la raza blanca y «luchar contra el genocidio blanco impulsado por los judíos», que según ellos mismos habría dejado al país en harapos.

Los odinistas, se enmarcan dentro de la tradición del neopaganismo germano, en donde se veneran diversos dioses nórdicos antiguos como Thor y Odin. Por lo general usan colgantes del martillo de Thor alrededor de sus cuellos y se reúnen para sus rituales en el bosque, donde beben hidromiel de un cuerno común, leen poesía antigua y de vez en cuando sacrifican algún animal en señal de veneración a los dioses. El Odinismo, movimiento reconocido como religión en nuestro país, se extendió por los Estados Unidos a lo largo de los años 70 y 80 gracias a varios fervientes devotos, pero sobretodo al impulso dado por Else Christensen («Madre Folk»), una inmigrante danesa que viajó a Canadá y posteriormente a Estados Unidos estableciendo grupos odinistas en las prisiones. Ella promulgaba que América nunca volvería a ser fuerte «hasta que no recuperara su orgullo nacional y racial». Según ella misma, la única cura para la «enfermedad espiritual» de América sería el Odinismo, situándose así en una línea de separatismo blanco que en ocasiones se ha confundido con una posible simpatía hacia la supremacía blanca, aunque las líneas son bastante difusas.

No obstante, y al igual que la gran mayoría de los millones de musulmanes y cristianos del mundo rechazan el odio y la violencia, tan sólo una pequeña porción de adherentes a prácticas paganas como el Odinismo se adhieren a una cosmovisión relacionada con la pretendida supremacía blanca.

Tal es el caso, por ejemplo, de Brandon Lashbrook -entre otros que menciona REVEAL-, un joven de 34 años de Illinois comprometido con el Movimiento Nacional Socialista y que al mismo tiempo se encarga de convocar reuniones odinistas («blót») con miembros de extremaderecha. Lashbrook asistió por vez primera a un rally del Ku Kux Klan a la edad de ocho años. Después de haber flirteado con el esoterismo y el ocultismo, se inició en el Odinismo, «porque tenemos que estar preparados para luchar. Necesitamos estudiar artes marciales. Necesitamos estar preparados y unificados, listos para defendernos y continuar diciendo a la sociedad la verdad, y ayudar a que más almas encuentren su salida del infierno y regresen a Midgard. Así se unirán y entenderán la amenaza que enfrentamos. Siempre será honorable morir en la batalla».

El presidente Donald Trump no ha tenido ningún reparo en vincular el terrorismo con la religión, pero hasta ahora su discurso se centra en el Islam. Sin embargo, esta visión centrada en el enemigo externo no se corresponde con datos ofrecidos por especialistas en terrorismo. Una conocida encuesta realizada en 2015 por Triangle Center on Terrorism and Homeland Security, constató que las agencias estadounidenses consideran «a los extremistas violentos contra el gobierno – y ya no a los musulmanes radicalizados-, la amenaza más severa de violencia política con la que nos enfrentamos».

Según Arie Perliger, directora de estudios sobre terrorismo en el Centro de Lucha contra el Terrorismo de West Point, existen tres grandes ramas ideológicas dentro de la extrema derecha norteamericana que incurren en actos violentos: un primer grupo racista, un segundo claramente anti-federalista y un tercer grupo entroncado dentro del fundamentalismo religioso. Y cada uno de ellos, tiene subgrupos: los racistas incluyen grupos de supremacía blanca como el Ku Kux Klan, los neonazis o los skinheads; los anti-federalistas incluyen a las milicias de extremaderecha, los grupos autodefinidos como «patrióticos» y los así llamados «ciudadanos soberanos»; y con respecto a los fundamentalistas, se concentran en torno al movimiento de Identidad Cristiana, a la vez que subgrupos antiabortistas también entrarían en este tercer subgrupo.

Para complicar aún más la cosa, los movimientos de supremacía blanca en ocasiones se hallan relacionados con grupos cristianos fundamentalistas, como por ejemplo, el mismo movimiento de Identidad Cristiana (aunque la mayoría de cristianos – incluso aquellos que suscriben como «fundamentalistas»- señalan a este movimiento como no cristiano). Por su parte, el Ku Klux Klan (KKK), uno de los grupos supremacistas más reconocidos de los Estados Unidos,el grupo-madre de otros movimientos de odio racial, es no tan sólo partidario de la supremacía blanca sino también de la supremacía religiosa cristiana, fundiendo en su ideología el racismo y el fundamentalismo religioso (conviene no olvidar que en sus orígenes, el Ku Klux Klan perseguía a ateos, homosexuales, personas que practicaban el sexo libre u otros acusados de ser «anticristianos» o «inmorales»). Como colofón, podemos encontrarnos a la Iglesia Mundial del Creador, -conocida como Movimiento de Creatividad-, que sostiene que la raza de una persona es su religión. Sus miembros están convencidos que existe una conspiración judía que controla el gobierno federal de los Estados Unidos, la gran banca internacional y los medios de comunicación. También enseñan que la RAHOWA (la Guerra Santa Racial=RAcial HOly WAr) está destinada a librar al mundo de los judíos y de las «razas barro».

Y otras variedades del supremacismo blanco se identifican con el Odinismo. Aunque su versión del Odinismo enseña un dualismo que describe el Universo como compuesto por «mundos de luz» (asociados a la raza blanca) y «mundos de oscuridad» (asociados a razas no blancas). La masacre de 77 hombres y mujeres de Anders Breivik en 2011, fue prometida a los dioses nórdicos. Breivik dijo a la corte que llamó a su rifle «Gungnir» (lanza mágica de Odín). Su arma fue llamada «Mjolnir» (el martillo de Thor) y su coche era conocido como «Schleipnid» (caballo de ocho patas de Odín). Breivik dijo en un reciente juicio relacionado con su trato en prisión que «soy Odinista, creo en el único dios, Odín» (no obstante, cabe aclarar que el Odinismo es panteista). Breivik dijo que había sido un Odinista durante años y que nunca había creído verdaderamente en el cristianismo, un tema que amplió en una carta a un periódico noruego: «Hay pocas cosas en el mundo más patéticas que la figura de Jesús y su mensaje. Yo siempre he despreciado la debilidad y el internacionalismo que representa la Iglesia».

Al igual que una pequeña facción de extremistas ha retorcido el Islam para inspirar a los terroristas a matar a la gente, las retorsión del Odinismo parece estar llevando a algunos defensores de la supremacía blanca estadounidenses a librar su particular forma de jihad.