La ministra de salud mental de Australia Helen Morton ha declarado recientemente, a raíz de una nueva campaña de la Iglesia de Scientology, que las críticas que dirige la Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos (CCDH) -entidad vinculada al grupo- a las nuevas reformas de la Ley de Salud Mental de Australia Occidental son sensacionalistas.

La Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos es un grupo satélite de Scientology que continuamente realiza campañas públicas (manifestaciones, distribución de panfletos y revistas por colegios, etc.) con contenidos de desprecio contra la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis. Los portavoces de la CCDH aseguran que la nueva ley dará lugar a que puedan realizarse sin consentimiento de los padres tratamientos como la esterilización, la psicocirugía y el electrochoque.

La ministra de salud la Sra. Morton aclaró que el Test del Menor Competente es una garantía necesaria para el especialista de cara a valorar si el menor es capaz de comprender la naturaleza del acto médico, «mediante esta prueba se puede valoar si el menor está bien informado […] y desde luego existen situaciones en las que puede ser beneficioso que el menor de edad competente pueda dar su consentimiento a un tratamiento, evitando así que queden bajo la tutela del Estado».

Scientology dispone de la Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos desde 1969, creada con la ayuda del psiquiatra Thomas Szasz. Esta agrupación realiza campañas regulares con mensajes contra la psiquiatría, negando la existencia de los trastornos mentales y atacando el uso de la medicación psiquiátrica. Una de las campañas que mayor efecto tuvo fue la que realizaron contra Prozac y Eli Lilly, así como contra al Ritalín y el diagnóstico de trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad. Han entrado en numerosos pleitos legales contra compañías como Novartis, o la Asociación de Psiquiatría Americana.

La CCDH está articulada con Scientology a través de la Oficina de Asuntos Especiales (OSA) y se ha visto envuelta también en diversos escándalos, como cuando denunciaron al profesor Martin Roth de la Universidad de Newcastle de haber empleado LSD con sus pacientes en los sesenta, afirmación que salió publicada en la prensa de Newcastle, lo que dio lugar a una reclamación por daños y perjuicios, con el resultado que el juez determinó que las afirmaciones de la CCDH eran «altamente difamatorias» y «radicalmente falsas».

También la CCDH ha afirmado que la psiquiatría tuvo algo que ver en los ataques del pasado 11 de septiembre a las Torres Gemelas, hecho que se enmarca en la línea de las publicaciones habituales de este grupo en las que se relaciona a psicólogos o psiquiatras con al CIA, el FBI o una conspiración mundial en contra de las «ideas religiosas de Scientology».

Recientemente, como ya recogimos en otra entrada de EducaSectas, la presidenta de la CCDH Jan Eastgate y ganadora del premio de la medalla por la defensa de los derechos humanos en temas de salud mental (otorgada por Scientology), se vio envuelta en un intento de inducción al encubrimiento en una menor de edad, siendo detenida el pasado 30 de marzo de 2011 bajo los cargos de «pervertir el curso de la justicia» (aunque más tarde saliera en libertad condicional bajo fianza).

En el Informe Anderson publicado en 1965 por el Estado de Victoria, el juez Kevin Anderson de la Corte Suprema de Australia dijo: «Scientology es malvada; sus técnicas dañinas; sus prácticas, constituyen una seria amenaza a la comunidad, médica, moral y socialmente […] sus seguidores son tristemente manipulados y a menudo trastornados […] es la mayor organización mundial de personas no cualificadas que participan en la práctica de procedimientos peligross bajo la rúbrica de una forma de terapia mental «.