Joachim Herrmann, ministro de interior de Bavaria, ha intentado atraer mayor soporte para la propuesta de prohibir Scientology. Su contraparte, Ingo Wolf, ministro de interior de Renania del Norte-Wesfalia, considera que una ley que promulgara la prohibición de Scientology sería sumamente compleja y posiblemente inefectiva.

Ingo Wolf sostiene que aunque debería demostrarse que los objetivos y actuaciones de Scientology son contrarias al orden público, «en ningún caso removería el sistema de ideas de las mentes de los scientólogos». En opinión de Wolf, este grupo debería estar bajo la vigilancia de los servicios de inteligencia locales, «dado que Scientology es una psicosecta».

Herrmann reconoce que la propuesta no tiene el beneplácito de la mayoría de ministerios del interior de todos los estados federados, pero insiste en que continuará manteniendo reuniones con los diversos ministros para explicarles los beneficios de una ley que prohibiera Scientology, en su opinión uno de ellos sería el de disuadir a posibles interesados.

Por su parte, Scientology ha calificado las pretensiones de Herrmann como «populismo barato».