Los Testigos de Jehová de Noruega dejarán de estar registrados como una comunidad religiosa. De hecho, y según indicaron diversos medios noruegos a finales de diciembre del año pasado, ya se les había enviado un aviso en octubre para advertirles de la posibilidad de perder su registro. Eso comporta que ya no podrían recibir subvenciones estatales y que perderían de facto el derecho a celebrar matrimonios.

El motivo de la retirada de su estatuto religioso en Noruega, es la práctica de exclusión y ostracismo que los Testigos de Jehová mantienen cuando alguien es expulsado o abandona la congregación, entendiendo que tal política de exclusión infringiría las normas religiosas.  De hecho, la agencia del gobierno noruego responsable de esta cuestiones, indicó en su comunicado de prensa que la comunidad de los Testigos de Jehová violaría el derecho de sus miembros a la libre expresión; asimismo, el organismo gubernamental argumenta que los Testigos de Jehová violarían también los derechos de los niños al permitir la exclusión de miembros bautizados.

Por su parte, los Testigos de Jehová, dentro de su visión fundamentalista, ya indicaron que no cambiarían sus prácticas en este sentido. Ahora bien, la supresión del registro como comunidad religiosa no prohíbe las actividades de los Testigos de Jehová, por lo que podrán continuar practicando su religión.

El problema en Noruega ya se arrastra de hace varios años, hasta el punto que el pasado 1999 se evaluó la situación de los Testigos y se concluyó entonces que no había motivos como para retirarles las ayudas gubernamentales en tanto entidad religiosa. Sin embargo, a inicios del pasado 2021, se aprobó una nueva Ley sobre Comunidades Religiosas en Noruega. Ese mismo año, la congregación noruega de los Testigos solicitaba las ayudas estatales como entidad religiosa, ayuda que quedó en suspenso tras recibir una reclamación por parte de exmiembros de los Testigos en donde se detallaba la política de expulsión de la organización, tras lo cual arrancaron algunas investigaciones por parte del Gobierno. Después de varios intercambios con los responsables de la congregación en Noruega, se tomó la decisión de denegarles el subsidio estatal solicitado. Fruto de ello, los Testigos anunciaron que iniciarían acciones legales contra el gobierno de Noruega a nivel europeo.

Y es que, a la la luz de la Nueva Ley de Comunidades Religiosas de 2021, el gobierno de Noruega concluyó que los Testigos de Jehová tienen claro que los miembros no deben mantener contacto alguno con aquellos miembros excluidos o que decidieron abandonar, práctica que puede llevar a que los miembros se sientan presionados para permanecer en la comunidad religiosa por el temor al vacío y al ostracismo. Por lo tanto, consideran ahora que la práctica es en si misma un obstáculo para el derecho de los miembros a expresarse libremente de acuerdo a la nueva Ley sobre Comunidades Religiosas.

El primer párrafo de la Sección 6 de la Ley sobre Comunidades Religiosas establece: “Si una fe o una comunidad religiosa, o individuos que actúan en nombre de la comunidad, utilizan la violencia o la coerción, hacen  amenazas, violan los derechos de los niños, violan las prohibiciones legales sobre discriminación o violan de otras maneras gravemente los derechos y libertades de los demás, se le puede negar a la comunidad una subvención o se les pueden acortar las subvenciones. Las subvenciones también pueden rechazarse o interrumpirse si una comunidad alienta o brinda apoyo a tales violaciones mencionadas en esta sección”.

La reciente decisión se ha basado, principalmente, en información relacionada con el ostracismo que explícitamente aparece en  las propias publicaciones de los propios Testigos de Jehová, aparte de las reclamaciones que habrían ido atendiendo de diversos ex miembros de la congregación. A raíz de las mismas, se entiende que el rechazo implica una forma de exclusión social estricta, sistemática y focalizada, considerándose una forma de control social negativo y de violencia psicológica.

Adicionalmente, en la mencionada Ley sobre Comunidades Religiosas, concretamente en el primer párrafo de la Sección 11, se explicita que de cara a denegar ayudas estatales, «se deberá prestar especial atención a las medidas que hubiera puesto en marcha la comunidad para prevenir tales condiciones. También se deberá atender a la gravedad de la relación y si tales violaciones parecen intencionales”. Los legisladores han entendido que no era necesario acumular más violaciones de tales disposiciones legales, sobretodo teniendo en cuenta que los propios Testigos de Jehová se niegan a modificar sus maneras de proceder con aquellos que abandonan o son expulsados, por lo que concluyeron que efectivamente la práctica es en si misma sistemática e intencional.

De hecho, no hace falta más que revisar la última versión de «Pastoreen el rebaño de Dios» (octubre 2022), para constatar que se indica explícitamente que el adherente deberá evitar «relacionarse innecesariamente con personas expulsadas o desasociadas. Si a pesar de los repetidos consejos un hermano se relaciona de manera voluntaria, continua e innecesaria con personas expulsadas o desasociadas que no son familiares, se deberá tomar acción judicial» (Capítulo 12, Sección 17).

Esta decisión ha levantado un importante revuelo en Noruega, particularmente en algunos sectores, como es el caso del redactor jefe del diario cristiano Dagen, Vebjørn Selbekk, quien considera que esta medida forma parte de una «cruzada contra los Testigos de Jehová». Así lo recogió, de hecho, en un artículo de opinión en ese mismo medio, en donde indicaba que ya se les había recortado las subvenciones a los Testigos de Jehová en el pasado y que «ahora parece que el objetivo era hacer la vida lo más difícil posible a los Testigos». En su misma columna de opinión, apostillaba que «el respeto a las minorías religiosas y sus derechos es, en realidad, un importante termómetro de la salud de la democracia. Y se debilita cuando el Estado utiliza sus medios de poder para castigar a una comunidad religiosa a causa de sus enseñanzas y prácticas religiosas».

En este mismo sentido, tanto este periodista como otros en Noruega, han expresado su preocupación acerca de la nueva Ley de Comunidades Religiosas introducida por el gobierno a inicios de 2021, una Ley que de hecho da más poder de intervención directa al Estado sobre las comunidades religiosas «que rompen las normas de la sociedad».