La policía de Chennai interrogó hace unos días a miembros del Movimiento para la Integración Espiritual en lo Absoluto (MISA), liderado por el rumano Gregorian Bivolaru. Según recogían diveros medios del país, el grupo llevaba unos dos años funcionando en Madrás (India) desde un local alquilado en Chokalingam Nagar (Teynampet) y hace unas semanas realizaron un seminario sobre «yoga tántrico: el camino del amor» al que asistieron diversos instructores del grupo procedentes de Rumanía y Dinamarca. La policía interrogó hace unos días a Ulrik Lishoj, Simona Colesniuc y Nicole Markus, para comprobar sus visados y preguntarles acerca de su actividad , a la que asistieron numerosas personas del lugar.
El grupo MISA funciona bajo diversos nombres en diferentes países: por ejemplo, Natha en Dinamarca, Tara en los Estados Unidos, Satya en la India o Movimiento Espiritual Sudamericano para la Integración en lo Absoluto Sublime (MESIAS) o simplemente Yoga Esotérico en España.
Gregorian Bivolaru -líder espiritual de MISA- fue condenado en 1977 por delitos de distribución de material pornográfico, aunque no la cumplió por completo gracias a una amnistía que se le concedió por el aquel entonces secretario general del Partido Comunista Rumano, Nicolae Ceauşescu. Siete años más tarde sería encarcelado dos años al ser descubierto en un complot para asesinar a Ceauşescu.
En Rumanía la práctica del yoga estuvo prohibida hasta después de la Revolución Rumana y no fue legalizada hasta 1987, año en el que Bivolaru fundó MISA. Bivolaru fue miembro de la Alianza Europea de Yoga hasta el 2008, año en que fue expulsado de la misma debido a que «tanto Mihai Stoian, Grieg Bilovaru y todas las personas vinculadas a MISA/NATHA […] no tienen interés real en el yoga […] lo emplean para encubrir prácticas ilegales […] y no respetan las normas y reglas de nuestra organización, dando muestras de una clara ausencia de integridad».
A mediados de los noventa, el fundador sufrió dos intentos de asesinato, a la par que se han documentado abusos policiales sobre su persona. En torno a 2004 se intensificó el seguimiento a las actividades de MISA debido a la aparición de nuevas denuncias, hasta que en 1995 se le denunció por varios delitos entre los que se incluían la evasión de impuestos, abusos sexuales a una menor e intentos reiterados de huir de la justicia. A inicios del 2005, Bivolaru solicitó el asilo político de Suecia, alegando persecución ideológica en Rumanía. Aunque la denuncia de abusos sexuales a una menor se retiró posteriormente, la policía rumana cursó otra denuncia hacia Bivolaru por tráfico de personas y confinamiento para obligarles a trabajar sin remuneración alguna.
A finales del 2005, la Corte Suprema de Suecia denegó la extradición de Bivolaru a Rumanía «por el riesgo a que sea perseguido o atacado por su empresa religiosa aplicada al yoga». Por su parte, el Ministerio de Justicia de Rumanía expresó su disconformidad con las decisiones de Suecia, sintiendo que se cuestionaba la bona fide de las investigaciones rumanas, que de hecho han apuntado más denuncias de las que los medios han reproducido.
En la actualidad, el caso está en seguimiento por parte de organizaciones por los derechos humanos y la reforma del sistema judicial rumano, a la vez que el propio Bivolaru interpuso dos demandas en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se han ido posponiendo hasta este año.
El movimiento se encuentra encuadrado actualmente dentro de la Federación Internacional de Yoga y Meditación ATMAN, que de hecho está constituida exclusivamente por los organizaciones ligadas a MISA.