Ian Haworth, impulsor del Cult Information Center de Londres, que desde hace más de veinticinco años que se dedica a educar a la población sobre los riesgos asociados a grupos sectarios, se encuentra en riesgo de cierre debido a las recientes restricciones de la Charity Commission que trata de retirar el estatuto de entidad caritativa del centro, una medida que tendría el efecto de poner fin a sus actividades.
De acuerdo con Haworth, «si eso sucediera, las donaciones de fideicomisos-que son nuestra base de existencia- se evaporarían. No seríamos capaces de pagar nuestra oficina y por tanto no podríamos continuar desarrollando nuestras actividades».
Haworth estableció el centro a partir de su experiencia con una secta en Toronto. En 1978, Haworth fue abordado por una secta, concretamente por una mujer rubia muy atractiva que le invitó a realizar una encuesta. La mujer le dijo luego a Haworth que por sus respuestas podría estar interesado en unirse a unas reuniones que le ayudarían. Una semana más tarde, Haworth se trasladó desde el pueblo de Lancashire donde vivía para asistir a una de estas reuniones en Toronto. La reunión, que costaba US $ 2, era una reunión de más de 100 personas dirigida por una mujer carismática que decía haberse rehabilitado de su adicción al alcohol y las drogas. Al finalizar el curso, Haworth les había entregado unos $ 1.500, con la promesa que dejaría de fumar. Al día siguiente al intensivo, asistió a su trabajo y se despidió, para vivir más intensamente con el grupo. Haworth indica que «me consideraba uno de la élite». Tan sólo cuando tiempo más tarde vio a su grupo en las primeras páginas de los periódicos, se dio cuenta que había sido objeto de una suerte de lavado de cerebro. Sólo más tarde se enteraría que durante un período de cuatro días había llegado a ser hipnotizado unas dieciséis veces. Haworth crearía en Toronto the Council on Mind Abuse, que le serviría como modelo para crear más tarde el Cult Information Center de Londres.
Establecida como una organización educativa, el CIC -cuyos administradores son tres -anónimos, debido al temor a las represalias- tuvo unos ingresos de poco más de £ 40.000 el año pasado. Los problemas comenzaron cuando se presentó una denuncia a la Charity sobre las competencias educativas del centro, a raíz de algunas quejas acerca de la neutralidad del CIC. En los últimos tiempos, el CIC estaba trabajando para ser aceptada como una organización de salud mental benéfica, pero ahora este problema con la Charity deja en suspense el futuro del centro.
El cierre del centro marcaría el fin de una larga trayectoria de trabajo, con cientos de conferencias impartidas en escuelas, actuaciones en juicios como especialista, el asesoramiento continuado a la policía y un trabajo sostenido para aumentar la sensibilidad social acerca de los riesgos asociados a las sectas.
Haworth fue convocado a una reunión con la Charity el pasado otoño de 2010, cuando se le informó que su organización podría perder su estatus de organización benéfica. Al parecer, una persona vinculada a Scientology es quien ha interpuesto esta queja ante la Charity Commission. Sin embargo, un portavoz de Scientology negó que la denuncia hubiera sido hecha por la Iglesia.
Haworth expresó su preocupación acerca que el Reino Unido vaya a la zaga de otros países europeos en la tarea de sensibilización pública sobre los efectos de las sectas destructivas. Francia ha introducido una ley para proteger a sus ciudadanos de la influencia sectaria y dispone una unidad de seguimiento financiada por el gobierno. Los niños alemanes son educados acerca de las sectas desde una edad temprana, mientras que España cuenta con varias organizaciones que hacen un seguimiento del fenómeno sectario.