Recientemente, las autoridades han encontrado muerto el pasado mes de abril a un participante de un retiro budista de un conocido monje estadounidense. El monje budista Michael Roach había puesto en marcha previamente a ser monje un negocio millonario con diamantes (Andin Internacional Diamont Corporation), que cambió por el la práctica budista como un camino para la prosperidad financiera. Roach fundó así la escuela de budismo «Diamond Mountain University», con alguna sucursal en nuestro país, así como algunos retiros de meditación.

Ya hace un tiempo, propuso un retiro budista de 3 años, 3 meses y 3 días de duración, en el que los asistentes tan sólo pueden comunicarse con lápiz y papel y en donde se espera que «puedan emplear el yoga para llegar a responder las preguntas más profundas sobre la vida».

Recientemente, uno de los participantes de este retiro (Ian Thorson) que finalizará el próximo 2014, fue encontrado muerto por deshidratación en compañía de su pareja que se encontraba en estado deplorable y cuasi delirante. Ambos habían sido expulsados de la comunidad el pasado 20 febrero, tras un año y un mes de participación.

Al parecer, Christie McNally -la esposa del fallecido- ya había estado casada en secreto con el gurú del grupo, rompiendo así toda la tradición budista a la que pertenecen. El gurú había definido en su momento a McNally como su «compañera espiritual», por lo que la expulsión de la comunidad de ambos participantes y el fallecimiento de su pareja, añaden aún más interrogantes al hacer de esta comunidad budista. Según informa The New York Times, Matthew Remski, un profesor de yoga de Toronto, describe a Roach como «un maestro budista carismático […] su popularidad lo llevó a la celebridad […] su círculo más íntimo es muy difícil de penetrar».

De hecho, esta «pareja espiritual» había estado retirada viviendo en silencio desde 2000 a 2003, sobreviviendo con los escasos alimentos que les llevaban algunos seguidores. Poco después Roach decidió hacer pública su relación, porque era “imposible mantener un secreto en la era de Google Earth” y porque “si el budismo realmente pretendía tener éxito en los Estados Unidos, tendría que ser más incluyente con las mujeres”.

Otros ex miembros de la comunidad han descrito ritos de iniciación bastante bizarros «que comportaban besos y tocamiento genitales»; otros han indicado haber participado en ceremonias en las que debían hacerse alguna herida o manejar espadas samuráis.

Erik Brinkman, un monje budista que en su día expresó su admiración por Roach, ha dicho que «si la definición de secta contempla seguir a nuestro líder espiritual al desierto, entonces estamos ante un secta».

La misma familia del fallecido ha declarado que diez años atrás buscaron ayuda profesional para evitar que su hijo entrara en la comunidad, cosa que consiguieron durante un tiempo tras una intervención con un especialista en sectas, pero luego regresó al grupo nuevamente.

La pareja McNally-Thorson había contraído matrimonio a inicios de octubre del 2010, justo tres meses antes de iniciar el retiro; un mes más tarde, el gurú pedía el divorcio de McNally. Y aunque el gurú había asegurado que la relación entre ambos se basaba en la «conexión espiritual» y se fundamentaba en el celibato, lo cierto es que al poco tiempo se alzaron voces críticas dentro de la comunidad budista, exigiendo que abandonara la práctica budista al haber transgredido uno de los principios budistas.

Aunque el tándem McNally-Roach funcionó bien durante unos años (publicando numerosos libros conjuntamente, impartiendo conferencias alrededor del mundo, etc.), a inicios de febrero de este año el matrimonio McNally-Thorson recibió una carta de la Junta Directiva de Diamond Mountain, firmada también por el mismo Roach, en la que le exigía que ella diera explicaciones sobre un comportamiento violento que se había dado en uno de sus seminarios. En la carta que la misma McNally escribió pocos días antes de abandonar el retiro, ella misma se refería a este hecho como un accidente acontecido en el transcurso de un curso con novicios en torno a las artes marciales. Pero desde la Junta de la Montaña del Diamante se indicó que el señor Thorson había sido golpeado en tres ocasiones en su torso y que uno de los golpes había requerido asistencia médica. A partir de ahí, se les dio 5 dais para abandonar la comunidad. Y finalmente optaron por marcharse sin decir nada.

En su carta, McNally indica que no se encontraban preparados para «regresar al mundo», por lo que decidieron acampar en las montañas para «centrar nuestros pensamientos». McNally se ha negado a hacer declaraciones antes los medios de comunicación acerca de las circunstancias de la muerte de Ian Thorson.