De aquí unos días, y como sigue siendo habitual este último año, José Luis Parise, de 49 años, originario de Argentina, «psicoanalista, investigador, conferencista internacional y escritor», impartirá un nuevo curso. Ya hace un tiempo hablamos de Parise en este mismo espacio, quien se autoproclama «psicoanalista».

También asegura llevar 30 años estudiando diversas culturas y sus ritos iniciáticos, es decir, que según él empezó a interesarse… ¡desde sus 19 años!. Fruto de esta «investigación», ha elaborado su «recopilación definitiva de las enseñanzas chamánicas», un sistema que llama «los 11 Pasos de la Magia».

Algunos ex alumnos de sus enseñanzas han descrito en foros públicos de Internet que quienes abandonaron «la Enseñanza», lo hacen con presión emocional, «humillación, amenazas y chantaje»; además, remarcan el progresivo desembolso económico vinculado a materiales producidos por el mismo Parise, a la vez que otras actividades (seminarios, grupos de SuperVisión, videoconferencias, etc.) al mismo tiempo que refieren haberse distanciado de amistades e intereses previos.

Muchas críticas se dirigen también a la ganancia económica de Parise, aunque a tal crítica responden que sus «Pasos» fueron descritos de manera gratuita en la revista Athanor, lo que tampoco ofrece garantía de nada; otros mencionan pretendidos «estudios científicos», respaldados por personajes como Hammer u otros para dar cuenta de la «posibilidad que las palabras cambien el ADN».

Diversas personas que han realizado sus cursos con las que he podido tener contacto, apuntan que junto a este sincretismo doctrinal de Parise que aglutina a modo de «cortar-y-pegar» durante horas de vídeo elementos cristianos, hinduistas, gnósticos … se han intensificado últimamente sus cursos porque se avecina un gran «cambio de conciencia», en la línea de otros movimientos a tenor del próximo diciembre de 2012 y las tan manidas profecías mayas (en algunos casos, estas profecías han dado lugar a situaciones paradójicas, como en el caso de Misión Maitreya).

Ante estas críticas, el mismo Parise ha indicado «esconderse detrás de anónimos para desacreditar una Obra de 3 Décadas de Trabajo, como mínimo, no es Ético» (no olvidemos que empezó de manera muy precoz, a sus ¡19 años!). Y añade: «las Actividades Más Elevadas y Extensas de Mi Enseñanza, son Propiciadas sin Cobro Alguno […] en mis más de 100 Viajes de Investigación y Enseñanza a Las Culturas Iniciáticas, a mí se me ha cobrado […] en Mi Enseñanza hay Actividades que sí requieren Cobro de Honorarios pues […] Mi Vida está Volcada al Camino de La Iniciación […] Quien Ingresa establece un Compromiso de Palabra de que permanecerá en la misma hasta cada «Escala Del Viaje» -las cuales se producen varias Veces por Año […] Cada vez que llega una de esas «Escalas de Viaje», se pregunta abiertamente si alguien desea «bajarse de La Actividad»… pregunta que abrumadoramente es Respondida con el Deseo de Continuar […] Pero si alguien, de pronto, no Cumple Su Palabra y entre Escalas traiciona lo que Aceptó Libremente, entonces «eso» no le es disimulado y se pone en evidencia tal falta absoluta de Ética y de Seriedad».

Lo primero que llama poderosamente la atención en la respuesta de Parise y otros acólitos, es el empleo reiterativo de mayúsculas, aparte de clisés que se repiten hasta la saciedad. Por otro lado, la respuesta de Parise, además de ser elíptica y pretendidamente simbólica, no aclara gran cosa, más bien añade contenido a algunas de las críticas mencionadas por ex alumnos de los 11 Pasos de la magia, como cuando él mismo subraya que si alguien «no cumple su palabra […] se pone en evidencia tal falta absoluta de Ética». El castigo: el rechazo emocional, desvalorizar la decisión, considerarla errónea o tildar tal acción como «desviarse del Camino».

Más interesante de observar aún son las respuesta que se le da, por ejemplo, a quien pudiera interesarse por alguno de los materiales de esta «Escuela«: «es una Armónica Casualidad -y en la medida en que Avance en El Camino sabrá de La Importancia de Eso- que justo en estos tiempos de Despliegue Internacional de Nuestra Enseñanza, Usted se Comunique con nosotros»; a lo que sigue un extenso texto ensalzando las «enseñanzas de Parise y la Escuela».

Pese a los diversos testimonios positivos, llama la atención que muchos de ellos quedan atravesados por cierta idealización y actitud acrítica. Pero los mismos nos muestran también que algunos alumnos parecen implicarse más activamente en «la Actividad», pasando a dar cursos ellos mismos o bien aseguran haber mejorado su condición laboral gracias a la «Aplicación de lo que Recorro». Las afirmaciones de algunos seguidores de Parise son muy ilustrativas en si mismas: «descubrí una Nueva Realidad, y efectivamente…¡hay Magia! Es una Inversión.. además de que crecés… no te roban, no te accidentas, no te enfermás, porque Crecer es la propiedad principal para Vivir, lo dicen los científicos».

En mi experiencia con familiares y ex miembros de la mencionada «escuela», algunos de los elementos que describen ex alumnos hacen pensar en aquellos otros que observamos en distintas derivas sectarias (más allá de las cuotas económicas o de cuestiones doctrinales sobre las que cada uno es libre de creer en lo que quiera): la figura de un gurú autoproclamado, el desarrollo de un mensaje trascendente, la exigencia de una dedicación creciente y una obediencia incondicional, la descalificación de aquellos que critican o abandonan las actividades, la referencia a personas externas que criticarían la organización «por interés» o «envidia», el distanciamiento de intereses previos, cierta obsesión progresiva con las «enseñanzas» y el mayor secretismo y distanciamiento de los que terminan entrando.