Aunque en diversos países de Europa ya disponen de una reglamentación estatal para la especialidad de la psicoterapia -como especialidad de postgrado reservada a psicólogos y psiquiatras con formación suficientemente acreditada-, en nuestro país aún no disponemos de una normativa regulada oficialmente. No obstante, entidades profesionales como la FEAP, la AEN, la FEATF o algún colegio profesional recientemente, han elaborado propuestas y marcos consenso que podrán ayudar a sentar unas bases claras de la profesión de psicoterapeuta que delimite la actividad profesional de aquellas otras simplemente charlatanescas o claramente sectarias. Justamente de la charlatanería y el sectarismo en el ámbito de la psicoterapia hablé hace un par de semanas en el congreso europeo de psicoterapia que celebró la EAP/FEAP en Valencia.

En estos meses, tanto en Bélgica como en Canadá, se han lanzado propuestas específicas para reglamentar la práctica profesional de la psicoterapia. En el caso de Bélgica, a finales del pasado mes de marzo se formuló la proposición de ley 53-2130/001 relativa a la práctica de la psicoterapia; el artículo 7 de la mencionada propuesta de ley pretende tipificar el delito de un «uso irregular» e incluso «una práctica irregular» de la psicoterapia, reivindicando al mismo tiempo la necesidad de un título oficial que garantice a los consumidores la bondad de los servicios prestados. Más recientemente, se ha presentado una nueva propuesta 53 2239/001 en junio que propone una defiición precisa de la psicoterapia, buscando clarificar los riesgos de confusión que pueden darse entre el llamado «acompañamiento espiritual» y una intervención psicoterapéutica propiamente dicha y enmarcada en lo profesional.

En Canadá, el Ministro de Justicia junto con el presidente de la Orden Nacional de Psicólogos del Canadá, anunciaron recientemente que se necesitará un permiso oficial para la práctica de la psicoterapia profesional. Según declaraciones del propio ministro de Justicia, «esta será una buena herramienta para proteger a la población de los charlatanes […] que pueden aprovechar de una clientela vulnerable pretendiendo ofrecer supuestos servicios de psicoterapia cuando en la realidad se trata de otra cosa». En Canadá, ser reservará la prática de la psicoterapia a psicólogos y médicos, aunque contemplarán el acceso de otros profesionales (trabajadores sociales, por ejemplo) siempre y cuando «cumplan los requisitos exigidos y reúnan una formación sustancial en salud mental y procedimientos psicoterapéuticos».