A inicios de este año, recogíamos la noticia que una mujer que participaba en un seminario new age neochamánico fue encontrada muerta tras horas de sudoración extrema, hipertermia y deshidratación.
Gabrielle Frechette y sus dos ayudantes, Ginette Duclos, de 61 años, y Gerald Fontaine, de 39 años, se enfrentan ahora a cargos penales por posible negligencia que desembocó en la muerte de Chantal Lavigne y daños a otra participante.
La tragedia sucedió el pasado 29 de julio 2011, cuando Chantal Lavigne y otros ocho alumnos participaron en una actividad «terapéutica» consistente en introducirse en la «cabaña de sudoración» en el contexto de un seminario de crecimiento personal.
Gabrielle Frechette moderó la sesión, mientras que las otras dos acusadas estuvieron presentes, animando a los participantes a entrar en hiperventilación. Después de pasar varias horas envuelta en barro, cartón y plásticos – entre cinco y nueve horas, de acuerdo con varios testimonios – Chantal Lavigne fue trasladada en ambulancia al hospital, donde murió pocas horas después.
La acusación deberá probar ahora que el negocio de la «terapeuta» era «objetivamente peligroso y no tomó las precauciones necesarias»; no obstante, la acusación tendrá dificultades para mostrar que la actividad era objetivamente peligrosa, dado a que no existen antecedentes documentados sobre muertes similares en este tipo de actividades de sudoración.
Por su parte, el abogado de la defensa sostiene «que el seminario fue realizado de buena fe […] la señora Frechette se ha dedicado a ésto durante 20 años […] estudió estos procedimientos con los chamanes». Al ser preguntada por diversos medios canadienses, Gabrielle Frechette aseguró haber cesado por completo en sus actividades de crecimiento personal.
El juicio se realizará el próximo mes de octubre según recogía La Presse de Canada y mientras tanto las acusadas han quedado en libertad con cargos y la prohibición de realizar seminarios de ese tipo u otros similares; tampoco podrán tener contacto entre ellas hasta que se celebre el juicio.
La Federación de Masoterapeutas del Quebec y la Alianza de Spas han insistido en la necesidad de reglamentar las prácticas basadas en masajes, sean del tipo que fueren, más teniendo en cuenta que las inculpadas desarrollaron su actividad en un spa. La Federación de Masoterapeutas ha remarcado que en los últimos años han proliferado todo tipo de «masajistas» y «terapeutas» sin una formación suficiente, por lo que una reglamentación gubernamental ayudaría a combatir el intrusismo y la charlatanería en estas prácticas.