De acuerdo con datos proporcionados por The Telegraph, el número de titulaciones universitarias relacionadas con «terapias complementarias» (tales como la reflexología, la aromaterapia, la acupuntura o la homeopatía) han experimentado un descenso de hasta la mitad desde el pasado año 2007, reduciéndose de 40 a 21 los programas de formación existentes. Alguna de ellas, como es el caso de la homeopatía, ya no se podrá estudiar este año en el Reino Unido y las restantes se encuentran en revisión.

En 1992, la administración de John Major promovió que 66 universidades pudieran otorgar títulos de «medicina complementaria». Su popularidad vino secundada por el apoyo del Príncipe de Gales, quien hizo campaña para mejorar la situación de la «medicina alternativa» en el NHS.

Sin embargo, en los últimos años, se ha producido un importante descenso del número de programas de formación en este tipo de terapias. La Westminster University, por ejemplo, líder en el sector de titulaciones relacionadas con estas modalidades «alternativas» de terapia, se ha encontrado con descensos significativos de sus matriculaciones. Aunque disponían de 14 programas de formación en siete modalidades específicas de «terapias complementarias», durante este año 2012 tan sólo ofertarán 4 programas en torno a 2 modalidades de «terapias complementarias».

Portavoces de la Universidad han manifestado que «continuaremos nuestro compromiso de excelencia en medicinas complementarias», aunque hace un par de años se levantaron no pocas quejas en torno al hecho que parte de las tasas se destinaran a cursos de postgrado relacionados con «los campos de energía» o «terapias con cristales».

Las razones de este importante declive entre 2007-2011 en la oferta de titulaciones de postgrado en «terapias complementarias» son dobles. Por un lado, hay quien señala la incertidumbre del mercado laboral que habría decantado a las nuevas generaciones de licenciados por estudios de postgrado relacionados con la Química o la Física. Por otra parte, también es resultado de una campaña dirigida por el Dr. David Colquhoun, profesor de Farmacología del University College de Londres, junto con las presiones del grupo Sense about Science.

Colquhoun, al igual que otros especialistas, sostiene que tan sólo los medicamentos y terapias que estén respaldados por algún tipo de evidencia clínica de eficacia -aunque ésta fuere controvertida- deberían estar en el abanico de formación de postgrado, como sería el caso de la Acupuntura o la Medicina Tradicional China.